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Se excedieron/Addenda

Germán Froto y Madariaga

Mientras España recuerda en silencio a quienes cumplen un año de haber fallecido en el criminal atentado terrorista y el mundo se solidariza con ese país hermano, aquí, de nueva cuenta, el ruido en el medio político nacional ha llegado a límites ensordecedores.

Aunque el presidente Fox y Andrés Manuel prometieron ya no seguir confrontándose, tal ha sido la estridencia de las voces de algunos actores políticos que hasta los de su misma clase comienzan a protestar y piden que cese la guerra de declaraciones que día con día ha ido enturbiando gravemente el ambiente político de la república.

Esta semana que termina senadores de todos los partidos y hasta los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial pidieron al presidente y al jefe de Gobierno del DF, que pongan fin a esa interminable retahíla de dimes y diretes que han sostenido a lo largo de muchos meses.

Los empresarios le pidieron al presidente prudencia y el cese del ruido político, porque con esa confrontación lo único que provocarán será afectar a la inversión y el empleo.

Por su parte senadores, como Enrique Jackson, del PRI y Demetrio Sodi, del PRD, de plano lanzaron un: “¡Ya bájenle! Ya se excedieron” y conminaron a la Presidencia de la República a no responder los pronunciamientos del jefe de Gobierno.

Si personajes del medio político consideran que Fox y López Obrador se han extralimitado, ¿qué pensará el pueblo?

Harto, seguramente harto debe estar el pueblo al ver que en la política algunos de sus actores han llevado sus diferencias al grado de confrontarse como si fuera un pleito de lavadero. Y de lavadero de ésos de las viejas vecindades de la Ciudad de México en donde el lenguaje florido y el ir y venir de las procaces alusiones personales parecen interminables.

Como dicen los chavos de hoy: “De veras que se la bañan”.

Por mi parte, para no meterle más ruido al que ya existe, prefiero compartir con ustedes aquel hermoso pensamiento de Max Erhmann, que mucho tiene qué ver con abstraerse del ruido que de una u otra forma nos rodea. Porque la estridencia siempre embrutece y obnubila el pensamiento.

He aquí la trascripción íntegra de esa reflexión que su autor denominó “Desiderata”:

“Camina plácido entre el ruido y la prisa, y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante; también ellos tienen su propia historia.

Esquiva a las personas ruidosas y agresivas ya que son un fastidio para el espíritu.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado, pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea; ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios; pues el mundo está lleno de engaños.

Mas no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe; hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales; la vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto y no seas cínico en el amor; pues en medio de todas las arideces y desengaños es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina sé benigno contigo mismo.

Tú eres una criatura del Universo, no menos que las plantas y las estrellas y tienes derecho a existir.

Y sea que te resulte claro o no, indudablemente el Universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de Él y sean cuales fueren tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.

Aun con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos el mundo es todavía hermoso.

Sé cauto. ¡Esfuérzate por ser feliz!”.

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