Mueren 31 soldados de EU al estrellarse el helicóptero en que viajaban
EFE / EL PAÍS
BAGDAD, IRAK.- Al menos 36 militares estadounidenses murieron ayer en Irak, a tres días de unos comicios que contarán con medidas de seguridad excepcionales en todo el país, donde prosiguen los ataques insurgentes contra centros electorales.
Treinta y uno de los uniformados perdieron la vida al estrellarse un helicóptero militar de transporte cerca de la frontera con Jordania, en el día más negro de Estados Unidos en Irak desde que en marzo de 2003 invadiera este país.
Además, otros cinco soldados norteamericanos perecieron en combates y atentados perpetrados en la convulsa provincia de Al Anbar y al norte de capital, en pleno ?triángulo suní?, corazón de la insurgencia.
Aunque no existe todavía un pronunciamiento oficial sobre las causas del siniestro, fuentes del Pentágono descartan que se trate de una acción hostil y apuntan a un accidente provocado por las malas condiciones climatológicas.
El aparato, un CH-53 diseñado para el transporte militar, trasladaba a soldados de la Primera División de Infantería cuando sobre las 01.20 de la mañana, hora local (22:20 GMT del martes) se precipitó cerca de la localidad iraquí de Rutbah, próxima a la frontera con Jordania.
Varias horas después de hacerse pública la noticia, el presidente estadounidense, George W. Bush, lamentó la tragedia y subrayó que ?siempre que perdemos vidas es un momento triste?.
Hasta la fecha, el Ejército norteamericano desplegado en Irak ha perdido 23 aparatos en diferentes accidentes y operaciones hostiles, que se han cobrado la vida de unos cincuenta uniformados. El 15 de noviembre de 2003, 17 soldados perdieron la vida cuando dos helicópteros de combate clase ?Black Hawk? colisionaron en Mosul, hostigados por fuego enemigo.
Dos semanas después, otros 16 marines fallecieron al ser derribado un helicóptero artillado modelo ?Chinook? cerca de la ciudad rebelde de Fallujah, al oeste de Irak. El pasado día ocho, otro ?Black Hawk? fue alcanzado también en las proximidades de Fallujah y fallecieron nueve militares norteamericanos.
El Ejército de EU había comenzado a desplazar en el último mes un importante número de tropas para elevar así hasta 150 mil la cifra de efectivos en Irak y ayudar al plan especial diseñado junto al Gobierno interino para proteger los comicios.
El ministro iraquí del Interior, Falah al Naqib, volvió a recordar ayer que desde mañana y hasta el próximo martes el aeropuerto internacional de Bagdad permanecerá cerrado y que el domingo, día de las elecciones, regirá un estricto toque de queda nocturno en todo el país.
Además, se restringirá la circulación interprovincial y en los aledaños de los colegios electorales. El refuerzo de la seguridad, ya iniciado, no ha impedido que ayer fuera otra jornada sangrienta en Irak, con cinco atentados con coche bomba que causaron seis muertos y un ataque suicida que provocó cerca de una veintena víctimas cerca de Mosul.
Según un portavoz del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), el atentado fue perpetrado en la localidad de Sinjar, a unos cinco kilómetros al suroeste de Mosul, la tercera ciudad más populosa de Irak.
?Alrededor de veinte personas han resultado muertas o heridas. La potencia de la explosión ha causado enormes daños en el inmueble?, dijo a la prensa Mahdi al Harki, portavoz del PDK, uno de los dos grandes partidos kurdos de Irak.
El PDK forma parte de la coalición de once partidos kurdos que concurren a los comicios electorales previstos para el domingo en Irak.
A medida que se acerca la fecha, los grupos de insurgentes que ensangrientan el país intensifican su campaña de terror con el objetivo declarado de extender el pánico, propiciar la abstención e impedir el normal discurrir de la jornada electoral.
En la conflictiva localidad de Baquba, ubicada en el ?triángulo suní?, los insurgentes lanzaron ayer ataques contra las oficinas de tres partidos que participan en las elecciones y mataron -al menos- a un agente de policía e hirieron a otras ocho personas.
El grupo vinculado con el islamista radical jordano Abu Musab al Zarqawi, considerado el eslabón de Al Qaeda en Irak, asumió la autoría de estos atentados.
En un documento divulgado en Internet, la ?Organización de Al Qaeda en Irak? recuerda, además, su promesa de teñir de sangre unos comicios que en su opinión son ilegítimos y atentan contra el Islam.
Costoso conflicto bélico
En pocos lugares del mundo como en Irak resulta una verdad tan trágica el dicho clásico de que sólo los muertos conocen la paz. En los últimos 25 años los iraquíes han sufrido la guerra contra Irán (1980-1988), que causó medio millón de muertos; la guerra del Golfo de 1991 (más de cien mil muertos); la represión del régimen de Saddam Hussein (300 mil, según las organizaciones humanitarias internacionales); la invasión de EU en marzo de 2003 y desde el primero de mayo de ese año, cuando el presidente George W. Bush proclamó la ?misión cumplida? y el fin de las hostilidades, una dolorosa posguerra que se ha cobrado ya más vidas que el propio conflicto bélico.
Profesores y pacifistas británicos crearon en 2003 una base de datos de la víctimas del conflicto (www.iraqbodycount.net). Según sus datos, basados en las informaciones de la prensa internacional que cubre el conflicto, desde el inicio de la guerra hasta el pasado martes han muerto entre 15 mil 500 y 17 mil 700 civiles iraquíes.
De este total, cuya diferencia hay que achacar a las variaciones de las fuentes periodísticas -ese margen de error que depende de las informaciones de los testigos, el mando militar norteamericano, el Gobierno provisional iraquí o los hospitales- hay que restar los siete mil 350 civiles iraquíes muertos durante las pocas semanas que duró la guerra propiamente dicha.
El resto, entre ocho mil y diez mil civiles iraquíes, han perdido la vida en los 20 meses transcurridos de la llamada posguerra, víctimas mayoritariamente de los atentados de la insurgencia y de las balas y bombardeos del Ejército de Estados Unidos.
El grueso de las muertes causada por el Ejército estadounidense se debe a la represión de las sublevaciones lanzadas por el líder radical shii Muqtada al Sadr en marzo, abril y agosto del año pasado en las ciudades de Kufa, Kerbala y Nayaf y en el aplastamiento de focos de la insurgencia como Fallujah. En esta localidad del oeste de Bagdad, las tropas norteamericanas lanzaron una primera ofensiva en abril del año pasado.
De las más de 800 bajas enemigas proclamadas entonces por el mando militar de EU, el IBC asegura que entre 572 y 616 fueron civiles, la mitad de ellos mujeres y niños. En la segunda ofensiva, que tuvo lugar el pasado noviembre, la prensa internacional dio la cifra de más de mil 500 insurgentes muertos. Aún no se dispone de información sobre cuántos civiles cayeron entonces. ¿Terminarán las elecciones con esta carnicería?