Dedico a los fanáticos este artículo, pues tal pecado los llevará a la perdición.
El PRD aportó sin duda una valiosa contribución a la vida política en México. Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas intentaron democratizar en vano los procesos internos del PRI y no lo lograron. Claro, también están los que afirman dichos políticos, buscaban espacios de poder dentro del tricolor y al no haberlo conseguido desertaron sus filas.
EL PRD aglutinó los mejores cuadros; hombres y mujeres deseosos de un país más justo y democrático, un país donde por más bien que hubiera hecho el PRI su permanencia eterna en Los Pinos no resultaba sana. Con todos los deseos los perredistas lucharon porque las elecciones de 1988 fuesen justas, sin embargo es de todos conocido, dichos comicios estuvieron plagados de irregularidades. Ignoro qué hubiera pasado si Cárdenas hubiese llegado a la silla: Carlos Salinas de Gortari tomó la banda en sus manos y a pesar de sus errores y terribles contradicciones, a mi gusto fue un extraordinario presidente.
El “partido del Sol Azteca” siguió en la lucha pero al pasar de los años perdió el rumbo. Los mejores cuadros emigraron hacia otras latitudes; se cayó en actitudes reaccionarias, perdieron el sentido de lo que debe realmente ser la izquierda y hoy divagan en un mar de contradicciones, están internamente divididos y tienen pocas posibilidades de ganar las siguientes elecciones.
Sencillamente no hay figuras de nivel. Cárdenas tiene unas ansias de poder peligrosas y el tabasqueño no se lo merece: viola la Ley a conveniencia y se mofa de la Constitución, además la mayoría de su equipo de trabajo es tremendamente incompetente y se hace de la vista gorda. ¿Me van a salir que no conocía los turbios manejos de Bejarano, Ponce, Robles y demás sátrapas? Si acaso lo ignoraba nunca tuvo el valor de admitir de cara a los mexicanos que entre sus colaboradores se encontraba una larga lista de rateros, así es que el Gobierno de la capital no es tan transparente como se le pretende hacer creer a la mayoría de la población; muchos ciudadanos tristemente están mal informados sobre la verdad o meollo del asunto.
Un país que se diga democrático merece poder ofrecer a sus ciudadanos todas las opciones de la geometría política: la izquierda, el centro y la derecha. Lo que no se vale es el izquierdismo radical dentro del cual el PRD se encuentra preso. Los excesos son malos, los abusos condenables. Me provoca dolor la cantidad de buenos perredistas que fueron asesinados en pasados sexenios: hombres y mujeres de bien, humildes en lo económico pero grandes en sus convicciones. Ya quedan muy pocos así, la gran mayoría hacen del radicalismo, la amenaza (lo segundo algo enteramente condenable) y la demagogia “Ley motif”.
Ojalá el PRD renazca de entre el fango y vuelva a ser un sano contrapeso; lo veo muy difícil. Ejemplo de lo peor dentro de sus filas son sus diputados: cada que Don Vicente Fox acude al “HONORABLE” Congreso de la Unión lo insultan y le dan la espalda mostrando cuán carentes de clase, educación y respeto hacia la disidencia tienen. La culpa es de los votantes por no estudiar con detenimiento a qué clase de sátrapas eligieron (ojo, no me refiero a todos). ¡Vaya que cada quién tiene lo que se merece!
Pobre PRD.
Avisos y agradecimientos
Gracias a los lectores que me felicitaron por mi editorial “Tomando café con un tirano”. En verdad sus comentarios son inmerecidos. Únicamente quisiera recriminarles cariñosamente haber saturado mi correo electrónico. Mi agradecimiento eterno a artistas, editorialistas, políticos, empresarios, amas de casa y hombres de bien por sus acertados comentarios.
Las oraciones de millones de mexicanos se hicieron realidad: desaforaron a López Obrador. El siguiente paso, lo sano y justo, sería su encarcelamiento pues ha cometido gravísimos delitos. El más destacado jurista de México me comentó que es cuestión de tiempo para que ello suceda. Seguiremos rezando.
Me han acusado de cualquier sandez. ¿La más divertida? Que soy miembro de “El Yunque”. Yo no tengo compromisos con nadie.