Alianza para el Campo en casi 10 años no ha cumplido el objetivo para el que fue creado
Los más beneficiados con el programa Alianza para el Campo -desde su inicio en 1996- son los proveedores de insumos al obtener fuertes ganancias, toda vez que aumentan sus precios de manera exorbitante, sabedores que no tienen competidor al estar solapados por funcionarios del sector agropecuario.
Con el Programa Alianza para el Campo, el Gobierno pretende impulsar el desarrollo del sector agropecuario, pero a casi diez años de distancia los implementos agrícolas cada vez se encarecen más, lo cual ha beneficiado más a los vendedores de insumos que a los propios campesinos que no logran reputar los precios de sus cultivos.
Salvador Ortega Hernández, encargado de la Cartera Vencida de la Confederación Nacional de Campesinos, señaló que antes de operar Alianza para el Campo un tractor de 80 caballos de fuerza costaba 68 mil pesos con accesorios, ahora la misma maquina cuesta 100 mil pesos sin ningún suplemento, de manera extraña más que por inflación se han dado los incrementos.
Con este ejemplo señaló que los proveedores de implementos agrícolas han acaparado los subsidios que se dan al sector agropecuario, elevando los precios, además en la mayoría de las ocasiones quienes comercializan dichos productos son los mismos funcionarios. De tal manera que los campesinos no se benefician en mucho con los apoyos federales y del Estado.
?Quienes realmente trabajan el campo solamente se han convertido en un medio para enriquecer cada vez más a unas cuantas comercializadoras?, aseguró.
La mezcla de recursos para fomentar la productividad y desarrollo agropecuario en Durango no ha beneficiado directamente a los campesinos, sino al sector secundario, generando grandes ganancias a unos cuantos.
Además son pocos los que acceden a los programas de mecanización del campo, pues el 25 por ciento de la población es rural y viven en condiciones de pobreza, situación que en los últimos años se ha asentado, lo cual se refleja en el desplazamiento de los campesinos hacia las zonas urbanas y a Estados Unidos.
En ese contexto Ortega Hernández comenta: ?Por un lado los campesinos están jalados y por otro los funcionarios los jalan más?.
Señaló carencias en el agro duranguense como la falta de cultura en la planeación de cultivos, pues no producen de acuerdo a la vocación de la tierra sino se concretan a lo tradicional: maíz y frijol.
Urge un cambio de mentalidad en los productores agropecuarios, de ser necesario incursionar en acciones alternativas, con el apoyo del Gobierno para que los recursos o subsidios lleguen directamente al campesino en todos los órdenes, erradicando el intermedialismo y corrupción en las dependencias.
Cartera vencida
Salvador Ortega Hernández, directivo de la Confederación Nacional Campesina, señaló que este año dos mil productores saldaron sus adeudos, para salir librado de la cartera vencida y vuelven a ser sujetos de crédito.
El 14, 15 y 16 de diciembre del presente año se entregaron las garantías prendarias a productores de los municipios de Guadalupe Victoria, Poanas y Gómez Palacio, posteriormente harán lo mismo en otros lugares donde se cumple con los pagos.
De esta manera quedan pedientes en cartera vencida ocho mil campesinos, por lo que la CNC hace gestiones a fin de facilitar el pago a los deudores y evitar que pierdan sus bienes hipotecados por diferentes sumas de dinero.
Esta es un ejemplo más de las necesidades del campo, de la pobreza en que se debaten los campesinos, quienes requieren de mayores apoyos para producir mejor y obtener mayores utilidades que les permita una vida decorosa.