Muere ahorcado Carlos Guillermo Castellanos en el Cereso de Torreón
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los gruesos barrotes y los altos muros del Cereso, no fueron impedimento para que Carlos Guillermo Castellanos Rosales, terminara con lo único que le quedaba: su vida. En un arranque de desesperación e impotencia al no poder afrontar los problemas que tenía con su cónyuge, ayer al mediodía se ahorcó en el interior de su celda.
Con varios procesos en su contra por el delito de robo agravado por cometerse en casa habitación y que todos sumaban una sentencia de más de 20 años de prisión, Carlos Guillermo, de 21 años de edad, que ingresó al penal el ocho de enero de 2004, fue encontrado por su compañero de celda poco después de las 12 del mediodía, informó Gerardo García Ibarra, responsable del centro penitenciario de esta ciudad.
Su cuerpo permanecía colgado de uno de los barrotes de la reja de la puerta, para lo cual empleó una camiseta interior y un pequeño banco de madera que derribó para alcanzar su objetivo.
De acuerdo a lo manifestado por quien por más de un año fuera su compañero, Mauricio Armendáriz Espinoza, desde hace tiempo había notado que Carlos Guillermo se mostraba un tanto melancólico, lo que le provocaba severas depresiones. Incluso, a veces, se tornaba irascible y agresivo. Todo ello a causa de los problemas que tenía con su esposa, de los cuales no explicó con detalle.
Esto motivó que el pasado jueves durante la visita carcelaria, Carlos Guillermo se retiró a un lugar donde permaneció solo, aislado de la muchedumbre que acudió al centro penitenciario, relató a las autoridades Mauricio.
Ayer, a la hora de la comida, Mauricio salió de la celda dejando en su interior a su compañero, en quien notó un semblante hosco y la mirada extraviada en la lejanía. Nunca sospechó lo que en esos momentos pasaba por su mente.
Cuando regresó al cubículo, media hora más tarde, observó que la puerta estaba cerrada y al tratar de abrirla, algo por dentro se lo impedía, por lo que le dio un fuerte empellón y fue cuando el cuerpo de Carlos Guillermo se movió y fue a estampar su rostro amoratado en la rejilla de la puerta, ocasionando una abrupta impresión a su compañero.
Rápido dio aviso a los celadores y éstos de inmediato acudieron al lugar para trasladar al suicida a la enfermería donde le dieron los primeros auxilios, pero ya era demasiado tarde. Carlos Guillermo había dejado de existir.
Entonces, el director del Cereso dio aviso a Gerardo Antonio Pérez Pérez, delegado de la región Laguna I de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien dispuso que Armando Lucero Jaramillo, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, se trasladara al penal para dar fe del cadáver, que luego se envió al anfiteatro para la necropsia de Ley.
Fallece en el abandono
Las complicaciones inherentes a la diabetes y su hábito por la bebida, fueron las causas por las que la mañana de ayer, falleció Alfonso Hernández Bernal, en la más completa soledad, dentro de su domicilio de la colonia Antigua Aceitera. Contaba con 38 años de edad.
Su cuerpo fue encontrado por un vecino, Alfonso Martínez, quien le llevaba de comer, pues el hoy occiso tenía tiempo que no trabajaba y sólo se dedicaba a beber, sin importarle su enfermedad crónica degenerativa.
Poco antes de las 11 horas, Alfonso Martínez acudió a ver a su tocayo que se hallaba en su humilde vivienda sito en avenida Cuarta No. 351 de la colonia en mención, para llevarle algo que comer, pues sabía que se pasaba prolongados períodos de ayuno.
Cuando tocó y no le abrió, entonces decidió entrar y cuál no sería su sorpresa que Alfonso Hernández Bernal se hallaba sobre un raído sillón, aparentemente dormitando, sin embargo luego se dio cuenta que no respiraba y por ello dio aviso al 060.
En pocos minutos hizo acto de presencia Armando Lucero Jaramillo, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, quien luego de dar fe del cadáver ordenó su traslado al anfiteatro para que se le practicara la necropsia.