SAN PETERSBURGO, EU.- El segunda base puertorriqueño Roberto Alomar, 12 veces seleccionado para el Juego de Estrellas, se retiró del beisbol debido a problemas de la espalda y vista.
El intermedista decidió cerrar el telón a falta de 276 imparables para llegar a los 3,000, no obstante, esto no será un impedimento para que el boricua llegue a hacer compañía a sus compatriotas Roberto Clemente y Orlando Cepeda en el Salón de la Fama.
Alomar fue uno de los líderes de los Azulejos de Toronto que ganaron dos campeonatos mundiales consecutivos en 1992-93.
En la temporada 2004 Alomar pegó para .263, disparó cuatro vuelacercas, anotó 18 carreras e impulsó 24 más en 56 partidos y tuvo la oportunidad de regresar con los Mantarrayas de Tampa Bay en busca de los indiscutibles que necesitaba para sumar 3,000.
El legado de Alomar, uno de los peloteros más populares hasta 1996, se nubló cuando escupió en el rostro del árbitro John Hirschbeck.
Esa sucia confrontación fue noticia de primera plana en todo el país e hizo que Alomar se convirtiera en el blanco del repudio de aficionados en toda la nación.
Alomar perdió la estima de los aficionados, y en sus intentos de mejorar las cosas cometió otro error costoso. El pelotero opinó que pensaba que el árbitro estaba tenso porque su hijo John Drew, de ocho años, había fallecido a causa de un malestar cerebral poco común tres años antes.
Los dos hombres, luego, se convirtieron en amigos y trabajaron juntos para recaudar fondos para batallar a los males cerebrales. Alomar, ahora, está profundamente arrepentido por su protagonismo en ese incidente.
"Mi deseo es que no hubiese ocurrido esto", dijo Alomar, "y espero que así no sea que la gente se acuerde de mí."
El anuncio del retiro de Alomar ocurrió un día después de que cometiera dos errores en una entrada de un partido del entrenamiento primaveral con los Mantarrayas, que lo contrataron en enero durante un año con un contrato valorado en 600,000 dólares.
El equipo de Tampa Bay era atractivo para Alomar porque deseaba ser un jugador titular, pero el bateador ambidiestro, de 37 años, ha tenido problemas de malestar en la espalda y falta de vista recientemente.
"He jugado muchos partidos y siempre he dicho que nunca me iba a humillar en los terrenos de juego", comentó Alomar. "Mi carrera fue larga y ahora no puedo desempeñarme en un nivel competente y por eso es hora de retirarme," explicó.
El pelotero aseguró que tenía dudas al inicio del campamento de los Mantarrayas.
"Ya no puedo más, mi espalda, mis piernas y mis ojos ya no son los mismos de siempre, me fallan", valoró Alomar.
Alomar, en sus 17 años en la gran carpa, militó con los Padres de San Diego, Indios de Cleveland, Mets de Nueva York, Cascabeles de Arizona y los Medias Blancas de Chicago.
En sus mejores años, Alomar fue bendecido por su inteligencia, velocidad y poder en el campo de juego y fue considerado como uno de los peloteros más completos de su época.
Roberto se convirtió en la estrella de la afamada familia Alomar en el beisbol. Santos Alomar hijo, es un receptor que inicia su decimoctava campaña en la gran carpa y forma parte de la escuadra de los Vigilantes de Texas.
Los hermanos fueron compañeros en San Diego, Cleveland y Chicago. Santos Alomar, padre de los brillantes peloteros, jugó 15 temporadas en las mayores y ahora es un entrenador de los Mets de Nueva York.
Roberto ganó diez veces el premio Guante de Oro, que se otorga a los mejores defensores y obtuvo un promedio global sobre .300 y llegó 11 veces seguidas al Juego de las Estrellas desde 1991-2001, pero las últimas tres temporadas fueron testigos del deterioro del pelotero que pegó respectivamente .266, .258, y .263.
En 2004, perdió dos mes de competición por una fractura de la mano derecha y terminó con cuatro cuadrangulares y 24 carreras remolcadas en 56 partidos con los Cascabeles y los Medias Blancas.
El dominicano Danny Bautista, también se retiró ayer. Batista obtuvo promedio de .286 con 11 jonrones y 65 producciones con los Cascabeles de Arizona la pasada temporada.
El jardinero quisqueyano militó 12 campañas en la gran carpa con los Tigres de Detroit, Bravos de Atlanta, Marlines de Florida y los Cascabeles. Bautista finalizó con promedio de .272 en 895 partidos y ligó de 12-7 para ayudar a los Cascabeles a derrotar a los Yanquis de Nueva York en la Serie Mundial de 2001.
Los Mantarrayas para remediar la situación ficharon al veloz jardinero cubano Alex Sánchez, que fue despedido el martes por los Tigres. Sánchez pegó para .322 con 19 bases robadas con los Tigres en la temporada 2004.
