EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La angustia y desesperación que le provocaba su adicción crónica a los solventes, fue la causa por la que la madrugada del domingo, José Trinidad Flores González, se quitó la vida, ahorcándose en el patio trasero de su vivienda de la colonia Eduardo Guerra.
Del lamentable acontecimiento, tomó conocimiento José Alberto del Río Saldaña, agente en turno del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa cuatro, quien se constituyó la mañana de ayer en el domicilio ubicado en calle O No. 332 de la colonia en mención, tras recibir el reporte de Seguridad Pública a las nueve horas del cuatro de septiembre.
Según lo manifestado por el padre del suicida, Isidoro Flores Venegas, de 71 años de edad, la última vez que vio a su hijo con vida fue alrededor de las 00:30 horas en la vivienda familiar. Como dato importante, puntualizó que José Trinidad estaba sumamente angustiado.
A lo anterior no le tomó mucha importancia debido a que sabía que su hijo, la mayor parte del tiempo siempre andaba bajo el influjo del thíner, por lo que pensó que el consumo de dicho solvente era lo que motivaba su actitud, mas nunca se imaginó la decisión que tomaría horas después.
Fueron los hermanos de José Trinidad, quienes al levantarse la mañana de ayer, a las 08:30 horas, acudieron a la habitación de su consanguíneo para ver cómo había pasado la noche, encontrándose con una escena que los estremeció.
Su hermano, se hallaba pendiente de una gruesa cuerda atada a una de las vigas que sostiene un tejabán, con el otro extremo alrededor de su cuello. Su cuerpo estaba en suspensión incompleta, pues casi se hallaba hincado.
Rápido acudieron a avisarle a su padre quien se levantó de inmediato y corrió donde se hallaba su hijo al que descolgó con el propósito de darle auxilio, pero ya era demasiado tarde, había fallecido, por lo que hizo el reporte a Seguridad Pública cuyos elementos tras verificar lo anterior, dieron aviso al Ministerio Público.
Un envase de refresco sobresalía de la bolsa delantera derecha de su pantalón, conteniendo thíner, mismo que quedó asentado en las diligencias que realizó el representante social, que ordenó el traslado del cadáver al anfiteatro para que se le practicara la necropsia de Ley.
Del Río Saldaña dijo que el cuerpo de José Trinidad presentaba ya rastros de rigidez, por lo que se estima que murió entre cuatro y cinco horas antes de ser descubierto, que pudo ser entre las tres y cuatro de la madrugada, aproximadamente.