El vehículo en el que viajaba la periodista fue bloqueado por hombres armados que se la llevaron a punta de pistola.
Roma, (EFE).- La periodista italiana Giuliana Sgrena, corresponsal en Irak del diario "Il Manifesto", fue secuestrada hoy por varios hombres armados cuando se encontraba en la zona de la Universidad de Bagdad.
El secuestro ha vuelto a sembrar la inquietud en Italia, donde se han repetido los gestos de solidaridad por parte de organizaciones y partidos políticos, al tiempo que el Ministerio de Exteriores ha activado su Unidad de Crisis para tratar de lograr su liberación.
La reportera, que viajó a Irak hace apenas dos semanas para cubrir las elecciones, fue secuestrada muy cerca de la mezquita suní de Al Kastl, en el área universitaria, a donde había acudido con su intérprete para entrevistar a un grupo de evacuados de Fallujah.
El vehículo en el que viajaban fue bloqueado por un grupo de ocho hombres armados que se llevó a la periodista a punta de pistola, sin que ni el intérprete ni los guardias de seguridad de la Universidad, que efectuaron varios disparos, pudieran impedirlo.
Justo antes de su captura, la periodista había marcado en su teléfono móvil el número de otra colega italiana en Bagdad, Barbara Schiavuli, por lo que ésta pudo "oír" los disparos, gritos y pasos precipitados aunque no logró hablar con la secuestrada.
Sorprendida y asustada, Schiavuli dio la voz de alarma entre otros periodistas italianos que lograron contactar por teléfono con el intérprete, que les confirmó lo sucedido, y alertaron a las autoridades.
Wael explicó que la periodista se había desplazado al barrio de Al Jadiriya, en la zona sudeste de Bagdad, para entrevistar a varios evacuados de Fallujah que se encuentran temporalmente en la mezquita de Al Kastl.
Entre los evacuados, según las primeras hipótesis sobre la autoría del secuestro, podría haber algunos milicianos integristas suníes que, al saber de la presencia de la periodista, habrían colaborado en su captura.
En esta línea se pronunció el ministro italiano del Interior, Giuseppe Pisanu, al indicar que la reportera "ha sido probablemente secuestrada por un grupo suní".
Sgrena, que trabaja desde 1988 para el diario de izquierda "Il Manifesto", seguía de cerca las cuestiones relacionadas con el fundamentalismo islámico y había estado en Afganistán durante la guerra, una experiencia de la que salió su libro "Alla scuola dei taleban" ("En la escuela de los talibanes").
La noticia del secuestro cayó como un jarro de agua fría en la redacción en Roma de "Il Manifesto", con la que la periodista se había puesto en contacto por teléfono hacia las 12.00 hora italiana (11.00 GMT), muy poco antes de su captura.
"Estamos a la espera de noticias y naturalmente muy preocupados; desgraciadamente sabemos sólo lo poco que ya se ha dicho", señaló una de las fundadoras del diario, Luciana Castellina.
"Giuliana -continuó- no ha sido nunca una periodista que se quedaba en el hotel. Siempre ha hecho cierto tipo de periodismo, hablando con la gente y viajando. Lo único que podemos desear es que este asunto concluya rápidamente".
Otra de las compañeras de Sgrena, Dacia Mariani, definió a la secuestrada como "una persona generosa" y aseguró que "mantiene excelentes relaciones con las mujeres iraquíes; siempre ha luchado por sus derechos, y pienso que lo secuestradores lo saben".
La captura de la periodista ha desatado la preocupación en Italia, que ya ha visto cómo varios de sus ciudadanos han sido secuestrados y algunos de ellos asesinados en Irak.
Entre ellos se encuentran el periodista y colaborador de la Cruz Roja Enzo Baldoni, ejecutado en agosto, y el guardia de seguridad Fabbrizio Quattrocchi, asesinado en abril.
Pero quizá el secuestro que más conmocionó a la opinión pública italiana fue el de las jóvenes cooperantes Simona Pari y Simona Torreta, capturadas el pasado septiembre por un grupo de hombres armados en sus oficinas de Bagdad y liberadas tres semanas después.