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Seguimos Presentes / Febrero, mes del amor y la amistad

Jorge Romero Montañés

Y no sólo este mes sino todos los días del año. No debemos olvidar que aún estamos vivos, y que a nuestro alrededor existen muchas personas, que esperan de nosotros simplemente un saludo acompañado de una sonrisa y un poco de comprensión al ser escuchados. Por eso, al igual que usted lo primero que hacemos aparte de dar gracias a Dios, es tratar de vivir en armonía con la gente que nos rodea. La vida es corta, más corta de lo que pensamos, por eso por qué no brindarle ese saludo y esa sonrisa a las personas. Febrero mes del amor y amistad, si pero que éste dure todos los días el año.

No caigas en el error, de ser considerado como un gruñón, de manifestarte como una persona de mal carácter porque en verdad es una lástima para quien lo tiene y los que lo rodean. Inclusive cuando cometen un error les es tan difícil aceptarlo y que en lugar de corregirlo se enojan creyendo que lo que hicieron ellos mismos estuvo bien. ?Desgraciadamente para este tipo de personas no hay solución, ya que no existe medicina alguna que pueda curar esta enfermedad?. (Lo peor es que cada día, se tornan más difíciles). Entonces de qué sirve justificar esta actuación y luego cargar con las consecuencias negativas de la misma y mostrar el más atormentado mal humor. Éste se hace costumbre y día a día va creciendo ya que cualquier motivo lo alimenta y se termina viendo al mundo como una locomotora que nos embiste constantemente. Sabemos que hay miles de motivos para alimentar la ira y la cólera... por ejemplo un noticiero, un diario, un ruido del vecino... etc., etc.; y así cada día la persona que entra en este círculo vicioso se encuentra cada vez más envuelta en él perjudicando a todos los que lo rodean. Por eso es necesario ver cuál es el sentido de todo esto, si en verdad nada va cambiar. La vida es una fiesta, a cada paso nos da miles de bellezas que podemos observar y alegrarnos. El contemplar la maravilla de una flor, el canto de las aves, la sonrisa de los niños, el amanecer, la suave brisa que nos acaricia, los rayos del sol siempre presente, estar en medio de la peor tormenta. Entonces por qué no ser nosotros quienes alegremos la vida de aquéllos que tenemos alrededor. Acaso ¿es necesario que se alejen para después estar con más mal humor, y luego echarles la culpa por haberse ido?

Realidades... El padre a la hija: Hija quiero que me ayudes a poner en orden unos papeles, el lunes tengo que presentar un informe. La hija: ¡pero papá, es sábado y me tengo que arreglar porque voy a ir a la disco! Te ayudaré mañana. El padre: ¡Mañana! No oíste. Debo presentarlo el lunes. ¿Cómo puedes decirme esto después de todas las veces que te llevé a pasear? ¿No entiendo, por qué no puedes sacrificar un mísero día para tu padre? La hija: Lo siento papá, cuando era niña y me llevabas a pasear no me di cuenta que estaba haciendo un trato contigo para que te ayudara hoy con ese informe. Como ve amigo(a) lector(a), aquí tenemos un contrato oculto; un acuerdo tácito con otra persona. En este caso, el padre quiere imponer una obligación a la hija de la cual ella no sabía nada. Debido a que él le daba todo su tiempo cuando era niña, ahora ella que ya es mayor, debe tener tiempo para él. Veamos otros ejemplos: ?Me entregué a ti porque estaba segura de que te casarías conmigo?; ?te invito a mi fiesta, siempre y cuando tú me invites a la tuya...?, ?te contraté cuando eras un don nadie y sin experiencia, ahora que eres útil, tienes la obligación de permanecer conmigo?. El papá: ?Hijo, hicimos esta casa grande para que cuando te casaras, vivieras con nosotros. No es posible que tu esposa y tú se vayan a vivir a otro lado?. Al intentar retener a una persona somos como aquéllos que esperaban alabanzas, gratitud o felicitaciones. Qué grave error pasar por la vida dando, pensando en recibir o haciendo cosas sólo por asegurarnos que otros luego nos gratificarán con cosas iguales a cambio de lo realizado. Es tiempo de dar, hacer, ofrecer pero sin esperar nada a cambio, sólo seguros de que estamos en lo correcto, sólo porque sentimos deseos de hacerlo, sólo porque tenemos ganas. Dejemos sin efecto esos ?contratos ocultos? que nos llevan lentamente a la desilusión. A la defraudación, al rechazo... La mejor recompensa es saber que hicimos lo correcto en el momento justo, ni antes ni después... porque así lo sentimos y porque así lo deseamos sin esperar nada a cambio. ?Reflexión?. Según los amigos que tengamos son las que nos garantizan, el prestigio y la calidad moral. ?Seguimos Presentes?.

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