Te has puesto a pensar del gran número de personas que ha fallecido a lo largo de los años. Gente que conocimos y convivimos con ella, y que por alguna razón ya no están con nosotros, algunos por haber tomado otro camino, otros por habérsenos adelantado al viaje sin retorno, al haber cumplido su ciclo de vida, (vejez) y que decir de los que han fallecido por enfermedades terminales y lo más triste, los que se han ido por algún accidente. Pero qué le vamos hacer si todos vamos dejando, cada día este mundo terrenal. Es cierto, que nadie escapa de morir, como dije antes ya sea por una enfermedad crónica, alguna intervención quirúrgica, por vejez o accidente. Pero ahí vamos poco a poco muriendo. El organismo humano es tan complicado, el cual presenta infinidad de dolores de malestares que algún día tendremos que sufrir una complicación. Desgraciadamente muchos de estos malestares cuando se presentan la mayoría de las veces no les hacemos caso y cuando son detectadas ya las enfermedades están tan avanzadas, por lo que la ciencia ni los mejores cirujanos médicos pueden hacer el milagro para que las cosas salgan como las deseamos. Es cierto que nadie es eterno, que si nacimos y vivimos alguna vez tendremos que morir. Por lo que no sería nada extraño que un día, quizás mañana o ahora mismo, podríamos ser el siguiente que vayamos con el encuentro con Dios o con el diablo, según haya sido nuestro comportamiento en la Tierra con nuestros semejantes. Esto me viene en recuerdo a todos los seres queridos que a lo largo de nuestra vida hemos conocido y convivido, en mi caso a mis padres a quienes tanto mis hermanos como este servidor les guardamos un gran respeto y admiración por su entrega y dedicación que tuvieron para nosotros sus hijos, así como los amigos que cosecharon quienes los recuerdan muy seguido, debido a los comentarios favorables que hacen de ambos. Por lo que contribuyen a que siempre estén en nuestro pensamiento. Por eso cuando se acercan los días de su fallecimiento, la nostalgia invade nuestros corazones al celebrar un año más de su partida, con el encuentro con Dios, y por haber sido padres ejemplares, por lo que tanto mis hermanos como este servidor los seguiremos amando y recordando con el cariño de siempre.
UNA REALIDAD... Por favor pon atención a esta historia que te conmoverá.
No es fácil mirar el futuro cuando se cuenta con apenas 17 años de edad y una columna vertebral dañada. Esto sucedió como consecuencia de un accidente que tuvo el hijo de un amigo. El joven no sale de la casa, por ello decidí ir a visitar a la familia. Ellos tienen una hermosa casa muy grande y cómoda; cuando llegué, lo primero que noté fue el silencio que ahí reinaba, era sepulcral. En medio en la sala estaba el hijo de mi amigo, un joven sentado en una silla de ruedas, él me miró e intentó sonreír pero no pudo. Su padre acongojado me dijo: ?Jorge... ¿Para qué los mejores colegios? ¿Para qué las clases de tennis y los juegos de basquet?... Si nunca lo preparé para evitar que se cayera de una moto y quedara inválido? decía mi amigo. ?Él iba a ser mi orgullo, él era el continuador de mi vida, por lo que deseaba que fuera de los hombres triunfadores, por eso lo estaba preparando. Tenía todo... pero le faltaba una motocicleta, la tuvo y la mejor ¡Era una bala! Le compré la moto y con ello creí darle todo... nunca pensé en Dios. Tal vez no estaba en mis planes ni en los de mi hijo. Mi ruta era el triunfo y Dios no estaba en mi camino. Ese día había llovido, el piso estaba mojado, mi hijo no midió las consecuencias y quiso sentir el límite de la velocidad, pero... desgraciadamente la moto resbaló y rodó junto con ella por el asfalto. Golpeándolo contra el suelo. Su columna se partió en pedazos, estuvo muchos días en el hospital, le hicieron varias operaciones, nos esperaba un futuro incierto. Nunca lo preparé para esto. Me olvidé de las consecuencias que traería y me olvidé de Dios. Por favor Jorge, transmite este mensaje a la gente. Simplemente diles en qué condiciones se encuentra mi hijo. Tú sabes que para ser un triunfador en la vida, hay que empezar, seguir y terminar en Dios, sólo así con un espíritu fortalecido en la fe, podrás sentirte verdaderamente un hombre fuerte?.
?Reflexión?. Solamente el entusiasmo logrará que llegues sano y fuerte a la tercera edad. ?Seguimos Presentes?.
