¡VIVAMOS EN ARMONÍA!
Proponernos vivir mejor es el ideal que todo mundo desea, parecería ser ¿verdad?, pero ¿Qué hay si te digo que mucha gente no quiere ser feliz? ¿Me creerías?... No desean la felicidad por diversos motivos, ya sea por culpas pasadas, por remordimientos, por cargos de conciencia y un sinnúmero de razones por las cuales un ser humano evade esa ? responsabilidad?, la de ser feliz, si es verdad... mucha gente vive en situación de pobreza, pero no te confundas, no hablo de pobreza material o económica, porque hay gente, que vive en lugares donde tiene todo al alcance de la mano, una ciudad grande, dinero, bares, espectáculos, obras de teatro, trabajo, reconocimiento social, y sin embargo son muy pobres de alma. Su espíritu puede que sea tal vez más pobre que aquél que vive en un ejido, cultivando su parcela y que ni siquiera tenga televisión y es feliz. ¿Por qué? Porque para vivir en armonía hay que ser subsecuente con lo que se dice y con lo que se hace. Vivir en armonía significa establecer en el alma un sol y un cielo, un lugar firme como la tierra y un viento que nos refresque, entonces empezaremos a alinearnos con todo lo que nos rodea, para ser uno con la vida, para ser vida toda y aún así... seguir siendo uno.
¡EL VALOR DEL TIEMPO!
Sí cada día. Nos pusiéramos a reflexionar, para ver en qué invertimos el tiempo, esto nos daría como resultado que la mayor parte se pierde, a pesar de que cada día nos hacemos un nuevo propósito para sacar adelante todas esas cosas que tenemos pendientes por hacer y es precisamente en esos instantes en que vemos la gran cantidad de tiempo que perdemos, cuando podíamos invertirlo en algo más importante. Sabemos que la vida no tiene retroceso, por lo que debes vivir el presente. Invirtiendo tu tiempo en tal manera de conservar la salud, la felicidad y el éxito. Acuérdate que el reloj sigue su marcha. Por lo que hay que tratar de conseguir siempre lo máximo del día. Para entender el valor de un año, pregúntale, a una madre que alumbró a su bebé prematuramente. Para entender el valor de un día, pregúntale al editor de un diario.
Para entender el valor de una hora, pregúntale a los amantes ¿qué esperan para encontrarse? Para entender el valor de un minuto, pregúntale a una persona que perdió el avión. Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale a la persona que ganó una medalla de plata en las olimpiadas. Esto en realidad es el valor del tiempo. Por eso te aconsejo que le saques provecho a cada momento de tu vida y atesóralo. Mas si lo compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo, y recuerda que el tiempo no espera por nadie. Ayer es historia, mañana es misterio, hoy es una dádiva. ¡Por eso es que se le llama el presente! ¿Cómo inviertes tu vida espiritual en el tiempo que Dios te regala de vivir en esta tierra?... Invierte de tal manera... que cuando él te llame, estés preparado para ir a su encuentro.
SOMOS LO QUE SOMOS
Nada se compara al sufrimiento o nostalgia que no invade, cuando se tiene la desgracia de perder un ser querido, ya sea el padre, la madre o un hermano(a). Y ahí están haciéndose presentes los familiares, amigos para acompañarnos, para darnos el pésame para aminorar la carga de nuestro dolor. Indudablemente todo ser humano es distinto a otros. Todos tenemos un rasgo que nos distingue de los demás y que nos hace ser únicos y todos tenemos un rol que cumplir. Nadie puede dudar que el rol que mejor cumplimos es el nuestro. Debemos rescatar lo que tenemos profundamente arraigado en nuestro ser, porque ésa, nuestra esencia, es la que nos hace ser lo que somos. Mostrémonos y actuemos tal cual somos. Es la única manera de dar lo mejor de uno mismo. Lo demás... lo demás se escapará de nuestras manos casi antes de que podamos asirlo. Pero a la hora de partir de este mundo terrenal podamos estar seguros que alguien, habrá de recordarnos y derrame una lágrima en nuestro recuerdo. ?Cuando uno nace no importa quién es tu vecino, cuando uno muere no importa quién es tu vecino. Por eso mientras vivas cuida la armonía entre tus vecinos. ?Seguimos presentes?.