Quienes festejan su onomástico durante el presente mes, muchas felicidades. Que Dios con su benevolencia, permita que sean muchos años más.
¡Así es la vida! Son muchas las personas que se quejan porque no consiguen trabajo. Las empresas ya no las aceptan porque no las ven nada productivas a causa de su edad, por lo tanto es muy difícil que logren acomodarse. Estar sin trabajo o un oficio que ejercer representa para muchos lo contrapuesto a vivir; es una de las peores situaciones, por lo que muchas personas se derrumban rápidamente. La imagen que tienen de sí mismas es negativa y muchas incluso mueren a los pocos años de haber estado sin actividad. El retiro del empleo daña gravemente a la autoestima de mucha gente, por lo que retirarlas de la vida de las empresas dinámicas, literalmente las mata, y más cuando la actitud es negativa ante el retiro. Quien se retira de su trabajo debe, ante todo buscar otras actividades que sustituyan a éste. Si no hace planes ni se organiza para el futuro no encontrará con qué llenar el vacío de sus días de manera que éstos sigan siendo productivos.
La persona debe seguir viviendo, puesto que la vida no es solamente para los jóvenes de edad sino también para los jóvenes de corazón. Hay personas que siguen sintiéndose jóvenes, sin que importe cuál sea su edad en años. Hay personas que se sienten viejas como si tuvieran 70, a pesar de que sólo tienen 25 años, porque la imagen que tienen de sí mismas se han agotado. Pero también existen personas que a los 80 años siguen siendo jóvenes de espíritu.
Cuando no se hace algo productivo, se está aburrido y es cuando la persona muere por dentro. Retirarse de la vida es un acto criminal, puesto que es algo autoimpuesto. Quien se aleja de sus metas diarias se convierte en un tirador de sí mismo que niega la fuerza vital que Dios le ha dado. La edad no es, para nada, excusa, ni pretexto. El dinero no constituye un factor clave para la dicha en senectud, porque ha visto que la preparación, la vitalidad, el interés por el mundo contemporáneo, el trabajo y la capacidad de encontrar agrado en la relación con los demás son las cosas que hacen dichosas a las personas en el retiro; quien tiene verdadero amor propio y siente que todavía es joven y que sigue teniendo algún atractivo, creará muy dentro de sí sus ideas con espíritu y metas que seguirán impulsándole. Quien realmente ama la vida, no se retira tan fácilmente jamás de ella...
¡Nadie es perfecto...!
El mayor de los miedos que sienten las personas, son el temor a equivocarse. Y es cierto, afortunadamente esto sólo les pasa a personas que creen que lo son todo y que creen ser lo máximo, por lo que sienten el temor a equivocarse. Agraciadamente muchos de nosotros comprendemos que el equivocarse es una virtud, y no un defecto, ya que esto suele contar con la realidad, por lo que nunca nadie podrá ser perfecto. Sabemos que en este mundo los fracasos son parte de la vida, debido a que todo lo que se mueve alguna vez se equivoca. Cuánta gente hemos conocido, que cree ser perfeccionista y que son desde luego gente estupenda. Que creen en el trabajo bien hecho, por lo que se entregan apasionadamente en hacer bien las cosas, e incluso llegan a hacer magníficamente la mayor parte de las tareas que emprenden, pero que desgraciadamente también es gente un poco neurótica, por lo que viven tensos. Se vuelven cruelmente exigentes con quienes no son como ellos, y sufren espectacularmente cuando llega la realidad con la rebaja y en que muchas de sus obras, a pesar de todos sus intereses se quedan a mitad de camino. Por eso lo primero que deberíamos aprender desde niños es a equivocarnos. El error, el fallo, es parte de la condición humana. Hagamos lo que hagamos, habrá siempre un coeficiente de error en nuestras obras. No se puede ser sublime a todas horas, ni genio más genio, por eso debemos enseñar a los niños de que un error no es una tragedia ni una catástrofe. Por eso estas personas lo primero que deberán aprender es como reponerse de las equivocaciones y la cantidad de fallas que cometen, ya que el arte más difícil no es el de no caerse nunca, sino el de saber levantarse y seguir el camino emprendido. Por eso se dice que es preferible permitir a un niño que rompa alguna vez un plato y enseñarle luego a recoger los pedazos, porque ?es mejor un plato roto que un niño roto?. Es cierto, no existen hombres que nunca hayan roto un plato. No ha nacido el genio que nunca fracase en algo. Lo que sí existe es gente que de sus errores sólo saca amargura y pesimismo, por lo que sería estupendo educar a los jóvenes en la idea de que no hay una vida sin problemas, pero lo que hay en todo hombre es la capacidad para superarlos. No vale realmente la pena llorar por un plato roto. Se compra otro y ya está. Lo grave es cuando por un afán de perfección imposible, se rompe un corazón, porque de eso no hay repuesto en los mercados.
?Reflexión?: Quienes pasan la vida tratando de matar el tiempo, no saben que el tiempo es quien acaba con ellos. ?Seguimos presentes?.