Religión|En los jóvenes la tradición se ha perdido
EL SIGLO DE TORREÓN
Algunos aprovechan la Semana Santa para hacer un alto en el camino, mientras otros la relacionan con la diversión
TORREÓN, COAH.- En opinión del psicólogo, José Antonio Miranda Hernández, las personas requieren de la Semana Santa como un periodo de reflexión, una autoevaluación y reconocimiento de los errores, una tradición que brinda identidad.
“Somos un país muy relacionado con la religión, de mucha tradición católica, donde la Semana Santa es época de arrepentimiento, paz interior y estar tranquilo con uno mismo”, manifiesta, “sin embargo, otra parte de la población utiliza estas fechas para evadirse de sus problemas”.
Señala que la ciudadanía vive los Días Santos en dos puntos de vista distintos, el primero es la gente que busca la reflexión y la otra son las personas que prefieren la diversión.
“Es una etapa de recogimiento que mucha gente aprovecha para retomar promesas de portarse bien, dejar de fumar, de tomar”, indica, “el problema es que sólo dura en el periodo de recogimiento y no son constantes”.
Sin embargo, el psicólogo considera que los valores de estos Días Santos se han ido perdiendo en función de la coincidencia con las vacaciones.
“Si bien es cierto que somos un país de tradiciones, últimamente lo hemos perdido porque ya se utiliza más como diversión, sobre todo en las generaciones más jóvenes, es un periodo de relajamiento y distracción”.
Miranda Hernández explica que las tradiciones religiosas son de gran importancia para los mexicanos porque brindan un sentido de identidad, que se refuerza a través de la cuestión sociocultural.
“Cuando las costumbres se fortalecen, las personas buscan aplicarlas a su vida para tener este sentido de pertenecer”, comenta, “por ello se busca que prevalezcan”.
Reflexión
El psicólogo, José Antonio Miranda Hernández, sugiere realizar un ejercicio de reflexión e introspección durante la Semana Santa.
-Recomienda no utilizar los Días Santos como una forma de arrepentimiento después de las acciones de todo el año, sino procurar constancia en lo que se hace.
FUENTE: José Antonio Miranda Hernández, psicólogo