EFE
MANILA, FILIPINAS.- King Kong ha sido destronado de la cartelera navideña filipina por un héroe local, el senador Ramón Revilla, que estos días ha dejado de lado sus compromisos en el hemiciclo para promocionar Exodus, filme épico con el que retoma la carrera de actor que le catapultó a la política.
Exodus: Historias del Reino Encantado es, según la prensa, la respuesta filipina a otra obra de Peter Jackson, la trilogía de El Señor de los Anillos, pero es también un vehículo de lucimiento para Revilla, de 39 años.
En el film, el senador hace uso de sus poderes sobrenaturales para salvar la ciudad de Bantayan, el último refugio de la Humanidad, de la amenaza de las fuerzas del mal representadas por un sinfín de monstruos y guerreros diabólicos.
La película se ha ganado el favor de la taquilla gracias a un presupuesto de millón y medio de dólares, por encima de la media local, que la hace funcionar como una digna aportación al género de espada y fantasía. Y para que no hubiera dudas a este respecto, el senador encabezó en Nochebuena un desfile promocional por las calles de Manila enfundado en un look muy similar al de Arnold Schwarzenegger en Conan.
El desfile inauguraba el Festival de Cine de Metro Manila, un certamen nacido hace décadas con el fin de garantizar la supervivencia de la industria local frente a la invasión de las poderosas producciones de Hollywood.
Por eso, durante diez días, las salas de Metro Manila permanecen copadas por Exodus y otras nueve producciones filipinas, mientras que King Kong o las Crónicas de Narnia siguen congeladas hasta la clausura del certamen.
Este imperativo legal, que no siempre se traduce en calidad fílmica, es defendido por Revilla, uno de los muchos actores filipinos que han coqueteado con la política.
Revilla sigue la estela comenzada por Joseph Estrada, que cuando era un ídolo de masas, dentro y fuera de la pantalla, fue elegido presidente del país, en 1998, por una de las mayorías más abrumadoras de la historia filipina.
En la actualidad bajo arresto domiciliario, Estrada perdió el favor de público en 2001, cuando fue derrocado por un revuelta de filipinos hastiados por los escándalos de corrupción y enriquecimiento ilegal en los que se vio envuelto.
Revilla, en un principio aliado de Estrada, se unió a sus opositores y entregó su apoyo a la nueva presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, que en agradecimiento le nombró director del departamento contra la piratería de películas.
Su puesto como ?zar? de la lucha contra el contrabando de películas finalizó en 2004, cuando ganó las elecciones al Senado gracias al apoyo de unos votantes que le identificaron con los héroes invencibles que había reencarnado en la pantalla.
Sin embargo, la referencia del senador no es Estrada, sino su padre, Ramón Revilla, una de las leyendas del cine filipino y actor invitado en Exodus. Tras 30 años de carrera interpretando papeles de forajido heroico, Revilla padre se retiró del cine y en 1992 fue elegido senador para repetir en 1998, periodos ambos en los que no brilló por sus intervenciones dialécticas.
Esta ausencia de protagonismo le ganó las críticas de los analistas políticos, que ahora dirigen los mismos dardos a su hijo, a quien achacan que esté más preocupado por su carrera artística que por las obligaciones senatoriales.
En su defensa, el joven Revilla ha repetido que está obligado a compartir escaño y plató para dar sustento a una prole que incluye seis hijos y un nieto. Un argumento similar al que utilizó su padre, un conocido mujeriego que reconoció tener 70 hijos de su mujer oficial y de sus muchas amantes.
