En días pasados leía un artículo del profesor Luis Aspe, colaborador de El Siglo de Torreón, y realizaba en él análisis de algunas aplicaciones del lenguaje, barbarismos de cómo usamos algunas palabras, del buen y mal uso de nuestra expresión cotidiana.
Él, Luis Aspe, me puso a reflexionar cómo el lenguaje modifica y condiciona nuestros patrones de conducta, esto desde mi punto de vista profesional psicológico.
Si Luis Aspe nos pone a reflexionar sobre la poca capacidad que tenemos muchos al aplicar el lenguaje, que en el español es verdaderamente rico y prolífero, como es el caso de que nos expresamos así: ?Hijo, métete pa?dentro? o ?¿por qué no te subes para arriba??. En donde la redundancia de meterse no puede ser para ningún otro lado que a adentro, sería difícil, al menos en un mundo subrealista, meterse para afuera o subir hacia abajo.
Después de leer aquel artículo de Luis Aspe, el cual tengo gusto de conocer personalmente, se acerca una persona y me platica que si el no hubiera hecho determinada acción no estuviera conmigo en ese momento. Pero que en cambio si hubiera hecho otra cosa otro gallo le cantaba.
Cuál inútil resulta el hubiera, en nuestro lenguaje cabe la expresión, pero en nuestro vivir tiene una connotación de inutilidad.
Hubiera es vivir en una extensión del tiempo que no fue, no es y no puede ser. Si hubiera comprado el billete de lotería premiado hoy sería rico, y le agregamos el pleonasmo: ?de a montón?, como si el ser rico no fuera mucho, o como aquella muchacha que le dice a su padre que está embarazada pero nada más poquito.
El hubiera, es un vivir inconforme de nuestro presente, de no enfrentar ?de frente? nuestras decisiones y de no hacernos responsables de nuestras acciones. De vivir en el resentimiento, es decir, de estar viviendo el sentimiento fuera de su momento, de atarnos a un pasado a no enfrentar nuestra propia realidad. Y la realidad se conforma de un pasado que no podemos modificar y de un presente que estamos enfrentando.
El hubiera es una realidad que no aceptamos, es un estar inconformes con lo que hemos hecho y con lo que somos actualmente, pero no con el fin de evaluar y cambiar, sino de vivir en el limbo, de soñar, de no ser nosotros mismos.
?Si le hubiera dicho que no me casaba con él, no estaría viviendo esta vida tan poca llena de gracia?.
Si en vez de la carrera que escogí, le hubiera hecho caso a mis padres, otro gallo me cantaba.
En muchas ocasiones podemos sustituir palabras o frases para dar un sentido correcto a lo expresado. Sin embargo, para esta inútil palabra de hubiera, mi recomendación es quitarla totalmente de nuestro léxico, de nuestro pensamiento y de nuestro vivir.
Cambiar el hubiera por haré, es una oportunidad que tenemos para vivir de frente. Si en vez de: le hubiera pedido perdón, lo cambio por: Como lo ofendí, hoy le voy a buscar para ofrecerle mis disculpas.
En vez de: ?Si le hubiera apagado a la estufa no se me hubiera quemado la sopa? lo cambiamos por: ?He sido descuidada al hacer la comida, hoy pondré más atención?.
Vivir el presente con responsabilidad, nos lleva a Ser Humano.
Mi correo electrónico:
rmercado@avantel.net