En días pasados me tocó escuchar en una estación de radio uno de esos programas en donde el público llama y expone sus problemas de tipo social.
Se da de todo tipo de llamadas, desde los grandes problemas hasta los ridículos comentarios, pero en esta ocasión me llamó mucho la atención lo que expuso una señora, que se esconde tras el anonimato de la llamada telefónica.
Esta llamada me recordó lo que decía un amigo, cuando hay una reunión siempre esperamos a ver si llega uno más para empezar dejando a un lado el respetar los que llegaron a tiempo. Ellos, los que cumplen, se tienen que esperar por los que no cumplen.
Esta señora se quejaba de que en una determinada escuela le pedían una cuota de la Sociedad de Padres de Familia. Que se ponían muy estrictos. Que en ningún caso le podían negar la inscripción a su hijo.
Esto lo comenté con el presidente de la Sociedad de Padres de la Escuela de mi hijo. Referente a por qué se tenían qué realizar aportaciones los padres si la educación es gratuita, tal como lo marca la Constitución.
Él me ilustró, sí, la educación es gratuita, maestros, edificios y libros los proporciona el gobierno, pero la limpieza del edificio, mantenimiento y otras necesidades no son cubiertas, por lo que el gobierno solicita que los padres de familia acudan a limpiar la escuela.
Me llamó la atención: ¿limpiar la escuela? Pero hay conserjes o intendentes le comenté.
Sí efectivamente hay este personal pero ellos según su contrato de trabajo es sólo para limpiar la dirección, patios y pasillos de la escuela. No el interior de los salones. Además los artículos de limpieza tampoco son proporcionados.
Me llamó la atención la llamada de esta señora al programa de radio. Se quejaba de una cuota muy alta: $350.00 al año. Haciendo cuentas de 200 días hábiles del ciclo escolar corresponde a algo así como $1.75 diario porque su hijo tenga su salón limpio y los sanitarios que él usa, incluyendo mano de obra y artículos de limpieza, agua para los baños y para beber, pago de corriente eléctrica para los aparatos de refrigeración, etc. y además su hijo el día del niño y en diciembre recibe bolo.
Pero además pongámonos a pensar que si esta señora no paga esa cuota no le está incumpliendo ?al de la sociedad de padres?, sino a todos los padres que ?sí? realizan su aportación.
El conductor del programa de radio apoyó la noción de que la educación es gratuita. Sí, es cierto, como lo comenté, pero no otorga muchos otros recursos que son indispensables para que la escuela funcione bien.
Quiero apostar, claro que sin conocer, que esa señora de la llamada telefónica rara vez va a las juntas de padres de familia, cuando el maestro le llama para atender asuntos relacionados de su hijo pocas veces atiende el llamado, pero cuando a su hijo le pasa algo acude muy enojada a reclamar lo que le hacen a su hijito.
No dudo también que no puede pagar la cuota de padres de familia porque tiene que pagar una televisión de 52 pulgadas que sacó a crédito, está muy gastada con las vacaciones y porque apenas le completa el gasto para salir a cenar cada fin de semana a un restaurante ($50.00 por unos taquitos y refrescos por cuatro personas: $200.00).
Porque la que realmente tiene un apuro y no puede pagar se acerca con la tesorera (que muchos ven como una cobradora) y le expone su caso y ofrece aportar una pequeña cantidad por semana hasta salir del compromiso. Y lo cumple.
Quisiera que antes de quejarnos, de cosas así, primero reflexionáramos si no somos nosotros los que estamos quedando mal.
Cumplir con los compromisos nos lleva a Ser Humano.
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