Una de las características que identifican al Ser Humano es el ser gregario, es decir, el agregarnos con otros seres humanos. Esto ha ido llevando a la evolución (o tal vez devolución) de la sociedad a través del tiempo, a diferencia de otros animales, que muchos son solitarios o cuando mucho hacen pareja, principalmente con el fin de procrear o en el mejor de los casos formar manadas.
Pero qué cosa tan difícil resulta el compartir en grupo los intereses de cada uno de nosotros. Por ejemplo, vemos cómo históricamente en la relación de pareja, la mujer ha sido sometida, para llevar a cabo los intereses del hombre, ella dice lo que él dice, se hace lo que él quiere (aunque no lo especifique).
Considero que esto se debe a una capacidad que tenemos para ceder o negociar, tanto en la pareja como en otros ámbitos.
Por ejemplo: las juntas de padres de familia en las escuelas resultan un calvario para las maestras, pues al poner su punto de vista profesional, tienen que tener el poder de persuadir a diferentes opiniones de los padres de familia. Y en muchas de estas ideas resultan ilógicas dentro de la perspectiva que se está llevando.
En una ocasión, en una junta de padres de familia de mi hijo, una madre pedía se pusiera a votación para ver si la maestra debería encargar tarea los viernes o no, ya que, alegaba ella, los niños siempre la venían realizando el domingo en la noche.
No pude contener la indignación y exponer mi punto de vista, tratando de ser mediador ante el asombro de la maestra. Primero, la tarea que se encarga el viernes debe realizarse el mismo viernes, en segundo, si se aprueba realizar esa votación que se me antojaba tan ilógica, sugería yo también poner a votación que debería enseñar la maestra cada uno de los días y si primero debería enseñar la letra ?A? o la ?U?.
Esto tiene reflejo también en nuestra vida diaria, incluso laboral, vemos esto por ejemplo en centros de comercio, como son mercados o los tianguis llamados pulgas, en donde cada quien jala para su santo, sin respetar las normas definidas, cuidando sólo sus intereses y atropellando, en muchos casos, los del interés común.
Y déjenme decirles que esto no es exclusivo de estos tipos de niveles sociales. En días pasados platicaba con el administrador de un conjunto de consultorios médicos, éstos están integrados en una sociedad formal, claro par cuidar los intereses de todos y cada uno de ellos. Y me decía esta persona: ?Yo trabajo para la sociedad que se integra por todos los médicos pero en realidad tengo yo tantos patrones como socios son, y tengo qué hacerles caso a todos, es un verdadero conflicto, si uno me pide que coloque un cuadro decorativo y al otro no le gusta me ponen entre la espada y la pared?.
A este conflicto de intereses han surgido un modelo de ?inclúyete a este modelo de trabajo?. Tal es el caso de los grandes centros comerciales o llamados ?moll? en donde el comerciante tiene que cumplir ciertos requisitos y ajustarse a normas, como por ejemplo de horario de apertura, de exhibición, etc.
O bien en el caso de los médicos, rentar un espacio y tener derecho a X beneficios y sus obligaciones están determinadas claramente. Y así si no le gusta puede buscar una alternativa que le acomode.
Y como ejemplo de esto podemos encontrar muchos casos.
Pero lo más importante es que tenemos que entender cada uno de nosotros que para poder integrarnos y desarrollarnos tenemos que conciliar nuestros intereses, en algunos casos cediendo, pero sobre todo, apoyando a quien tiene una responsabilidad ante todos. Como es el caso de un maestro.
Esto es en todos los ámbitos, en la casa, en el trabajo, en la escuela, en grupo de amigos, etc.
Ayudar y apoyar a realizar es una forma que nos hace crecer como Ser humano.
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