?...Son las cosas pequeñas de la vida, los cambios de actitud día a día y no los grandes gestos o acciones desproporcionadas los que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso?.
El éxito no siempre tiene que ver con lo que mucha gente ordinariamente se imagina:
*No se debe a los títulos que tienes, sean nobleza o académicos, ni a la sangre heredada, o a la escuela donde estudiaste.
*No se debe a las dimensiones de tu casa, o a cuántos carros caben en tu cochera, o si son último modelo.
*No se trata de si eres jefe o subordinado, si escalaste la última posición en tu organización o estás en la ignorada base de la misma.
*No se trata de si eres miembro prominente de todos los clubes sociales o si sales en las páginas de los periódicos.
*No tiene que ver con el poder que ejerces, o si eres un buen administrador, o si hablas bonito y los reflectores te siguen cuando lo haces, de si eres religioso o no.
*No es la tecnología que empleas, por brillante y avanzada que ésta sea, o si tienes computadora e Internet.
*No se debe a la ropa que usas, o si gozas de un tiempo compartido, si vas con regularidad a la frontera, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus para el espejo social.
*No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.
El éxito del Ser Humano...
*Se debe a cuanta gente te sonríe, y a cuanta gente amas y cuántos admiran con sinceridad la sencillez de su espíritu.
*Se trata de si te ignoran o te recuerdan cuándo te vas.
*Se trata de a cuánta gente ayudas, de a cuánta gente evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón.
*Se trata de si en tus triunfos incluiste siempre tus sueños.
*De si fincaste tu éxito en la desdicha ajena y de si tus logros no hieren a tus semejantes.
*Es acerca de tu inclusión de los demás, no de tu control sobre los demás, de tu apertura hacia los demás y no de tu simulación para con los demás.
*Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste la naturaleza y a los niños y te preocupaste por los ancianos.
*Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu escuchar y tu valor sobre la conducta ajena.
*No es acerca de cuántos te siguen, sino de cuántos realmente te aman; de a cuántos mandas, sino cuántos te creen, de si eres feliz o finges estarlo, para no complicarte la vida.
*Se trata del equilibrio, de la justicia, del bien ser que conduce al bien estar y al bien tener.
*Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.
Porque si así no fuera, sin duda tendríamos que pensar en un grave error en los diseños de Dios. En lugar de la ley de amor, debía haber puesto la ley del más astuto y del que habla más fuerte. En lugar de privilegiar a Teresa de Calcuta y a Rigoberta Menchú, habría que alabar a Hitler y a Stalin. En lugar de asilos, debería haber holocaustos y en lugar de compasión, debería existir desalmado pragmatismo.
Por eso, y a pesar de todo, el mundo todavía tiene redención. Mientras haya sueños, ilusiones y románticos incurables. Y personas que imaginan un mundo más allá de unos cuantos indicadores oscuros de un pseudo-éxito perecedero y efímero.
Y mientras el verdadero éxito sea del ser humano que hace las cosas y no de las cosas que hace el ser humano.