Psicólogo Ricardo Mercado Dávila
Hace un tiempo, cuando estaba trabajando en una compañía, mi jefe, quien era el dueño, me enseñó algunas cosas, diría muchas en verdad. En una ocasión se presentó un conflicto de intereses de un cliente con la compañía, por mi situación me puse de lado de la compañía y cuando mi jefe se dio cuenta me mandó llamar.
Mi jefe es, hoy comprendo, una persona muy rica, y me refiero en lo económico como en lo Ser Humano.
Me hizo ver mi jefe que se enteró del conflicto, no me regañó, me planteó cómo se solucionaría, me enseñó algo que después de mucho tiempo valoro porque he puesto en práctica y me ha dado resultado, me dijo: ?mira Ricardo, más vale un amigo que un peso, no vamos a perder a una persona como con la que se presentó el problema?. Él no es de muchas explicaciones, pero yo entendí muchas cosas con esas pocas palabras. A fin de cuentas, él es un Ser Humano. Y que con lo mucho que cuida los pesos y de los muchos que tiene me llamó mucho la atención de esa postura.
Después de un tiempo aquella persona con la que se presentó el conflicto cedió a muchas cosas, pero no por presión ni hostigamiento, sino por deseo personal. Cada vez que trataba con esta persona y con cada persona que se presenta frente a mí veo la oportunidad de tener un amigo, no un peso. Puedo presumir que mi jefe, tal vez no esté yo en su mente, pero sí él en la mía, me hizo, no rico, me hizo millonario, millonario de amigos.
Los amigos son mejor tesoro que los pesos, abren más fácil las puertas que los pesos.
Esta semana mi hijo menor sufrió de un ataque de asma, se ahogaba, no podía respirar, es la primera vez que presenta este cuadro de enfermedad.
Lo llevamos al hospital, lo atendió el Dr. Ruelas, su atención muy buena y sus cuidados, no excedieron de lo que es, simplemente realizó muy bien su trabajo, pero su trato como un amigo, fuimos compañeros de trabajo hace varios años en el Cereso.
Nos dio como indicación, que por la gravedad de la enfermedad de mi hijo tendría que quedarse en el hospital.
Todo el personal, desde la recepcionista, el personal de enfermería y el personal de seguridad, su trato muy amable. Ante una situación de angustia que pasamos mi esposa y yo es lo menos que pudiéramos pedir.
Cuando le comentamos a mi hijo que se quedaría hospitalizado me pidió que le llevara agua, tenía sed, y que le comprara unos dulces o chocolates. Accedí, fui a una tienda cercana y los compré. Cuando regresé se los entregué a él esperando que esto le reconfortara en su estado de enfermedad. Comer muchos dulces no le harían bien, pero no reparé en ello con el fin de que se sintiera mejor. Cuando le entregué los cinco chocolates mi esposa me puso una mirada de regaño, pero calló.
Fue mucha mi sorpresa cuando se acercó la enfermera a colocarle el suero y que le picó con gran aguja en la vena, que sí le dolió a mi hijo. Él metió la mano en la bolsa de su chamarra y sacó un chocolate y le dijo: ?gracias?. Y lo mismo hizo con la recepcionista cuando se acercó a pedirle los datos para darle ingreso al hospital, aún estaba en el área de urgencias. Y cuando tuvo la oportunidad realizó lo mismo con cada uno del personal.
Cuando por fin subió a piso. Volteó y me dijo: ?papá, ya me acabé los chocolates. ¿Me puedes traer más? Comprendí lo que hacía.
Mi hijo no es rico, es millonario, sabe hacer amigos, sabe tener amigos. Un chocolate, no nos hace más pobres, pero sí nos hace millonarios cuando lo acompañamos de una sonrisa y un gracias.
Sé que el personal del ISSSTE de Torreón, médicos, enfermeras, administrativos, seguridad, etc. hoy es rico, tienen en mí, en mi esposa y en mi hijo a unos amigos, su trato es de calidad y sobre todo de calidez.
Hoy han dado de alta del hospital a mi hijo, pasó lo peor de la enfermedad. Pero esto fue no tan duro por el trato profesional y de Ser Humano que recibimos.
A todos, ellas y ellos, muchas gracias.
Gracias a Julio, mi ex jefe, que en mi juventud, me enseñó a ser rico.
Mi correo electrónico:
Ser_humano@prodigy.net.mx