Encontramos dentro de los refranes o dichos populares uno que dice: ?Al nopal sólo lo van a ver cuando da tunas?, muy mexicano, pues el nopal es una identidad nacional.
¿Qué con este refrán? Pues nos hace reflexionar que se acude o visita a una persona sólo cuando tiene algo bueno que nos pueda brindar. Así de sencillo.
Sin embargo, veo esto yo desde una perspectiva muy negativa. Resulta que el que pensó en este refrán sólo identifico que cuando hace algo bueno, voltean sus ojos hacia él. ¿Pero para qué hacemos bien las cosas? Sólo para beneficio personal y no para compartirlo con otras personas. Esto es una visión muy egoísta, de poca comunión con los que nos rodean.
También creo yo, que el que pensó en este dicho, es una persona que durante toda su vida no produce nada, que todo lo que hace es ?brindar? sus espinas para que nadie se le acerque y que en ocasiones logra hacer algo ?bueno?, como el caso de la fresca y jugosa tuna, pero que como nadie puede da lo que no tiene, la cubre de espinas chicas para que al tratar de tomar esa fruta nos duela.
Si empezamos a cambiar nuestra actitud y pensamos más amable, una forma de, primero producir más constante, y posteriormente, en una idea más compartida, podremos crear en nuestra cabeza la idea que: ?El nopal da tunas para que lo vayan a ver?.
Tengo varias amistades, las que nos brindamos la confianza, sin embargo tal vez nunca nos frecuentemos, nos reunamos en grupos sociales, en el club, bar. Cuando nos da la suerte de toparnos estrechamos las manos con mucho gusto y satisfacción. Amistades que en un momento dado tenemos la confianza de llamarnos ocasionalmente y decirnos: ?sabes estoy en esta situación, y creo que tú me puedes ayudar? y también contamos con la confianza de respondernos: ?Claro, mira lo podemos hacer así... (tengo tunas para brindarte) o bien responderle con franqueza: ?Lo que tú me estás pidiendo no puedo hacerlo (no tengo tunas qué ofrecerte)?.
Hay quienes tienen tunas y se enojan que se las pidan, es mejor que no las den ni que las tomemos, son tunas llenas de jugo de egoísmo. Y ésas saben muy feo.
Tengo un amigo, y creo que él también me cuenta dentro de sus amigos, que para mí, como para muchos, tiene muchas ilusiones, fantasías, locuras, sueños. Que cada vez que me platica uno de ellos, veo la cosa más loca y difícil (por no decir imposible) de realizar.
Una vez me dijo, quiero organizar un juego entre profesionales del deporte, el equipo de futbol que juegue contra el equipo de beisbol, primero jueguen futbol y luego se enfrenten a jugar beisbol. Mi carcajada duró un buen rato y muy intensa.
Bueno, hace poco me dijo, hoy, Ricardo, voy a realizar una hazaña más, voy a hacer que un equipo de futbol se enfrente a un equipo profesional de basquetbol en un partido de beisbol, pero se jugará con una pelota de tenis.
Mi carcajada de incredulidad fue más grande que la anterior.
Espero que siga así, para que mi amigo siga teniendo sueños que convierta en metas y se los convirtamos en retos.
En días pasados me llamó, teníamos mucho de no interactuar, hablarnos o vernos, Ricardo, me dijo, el partido que te comenté, se llevará a cabo este próximo lunes, necesito me ayudes, tengo varias acciones qué hacer y requiero manos.
A las locuras no se ayuda, pero a los sueños se apoya a realizar. Allí estuve. Dos manos dispuestas a lo que fuera necesario.
Gracias, Víctor Arellano Cobián, por enseñarme que los sueños y locuras se pueden realizar. Gracias también por hacerme ver que tengo amigos que me buscan cuando puedo serles útiles. ¿Para eso son los amigos o no? Gracias por hacerme sentir Ser Humano.
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