PERIODO| INICIA EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE SU SEGUNDO MANDATO 2005-2006
Recalca el mandatario que la seguridad de EU depende de que la libertad impere en otras tierras
EFE / EL PAÍS
WASHINGTON, EU.- George W. Bush juró ayer por segunda vez su cargo por otros cuatro años y señaló que la seguridad en Estados Unidos ?depende cada vez más del éxito de la libertad en otras tierras?.
?La mejor esperanza para la paz en nuestro mundo reside en la expansión de la libertad en todo el planeta?, afirmó Bush en su discurso de investidura, pronunciado desde las escalinatas del Capitolio ante cientos de miles de personas.
Bush recordó los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, ?un día de fuego?, y añadió: ?nuestro deber no está definido por las palabras que uso, sino por la historia que hemos visto juntos?. ?Mientras haya regiones enteras del mundo fermentando resentimiento y tiranía... la violencia se concentrará y multiplicará su poder destructivo?, dijo.
Bush centró su discurso en recalcar que la mejora de la seguridad mundial depende de que la libertad impere en los lugares donde ahora hay tiranías.
Y señaló que Estados Unidos tiene como tarea fundamental llevar la libertad allí donde no la hay, así como proteger a las minorías y liberar a los oprimidos.
Aunque no hubo menciones a otros países, sus palabras fueron en una alusión a Afganistán e Irak y un aviso a los regímenes dictatoriales de otros países.
?Esta no es principalmente una tarea para las armas, pero nos defenderemos, y a nuestros amigos también cuando sea necesario?, advirtió.
Bush reconoció que los países libres ?no deben pretender? que los regímenes dictatoriales no existen, y dijo que la mejoría de la situación en esas naciones será un elemento clave para la profundización de las relaciones con EU.
Después de haber logrado diez millones de votos más que en 2000 y con los demócratas prometiendo resistir, pero sin un plan ni un partido listos para la batalla, el presidente ha cambiado a nueve de sus quince ministros y parece rebosar energía para abordar sus ambiciosos planes.
En el terreno de política interna, el presidente estadounidense señaló su disposición a profundizar lo que su Gobierno llama ?la sociedad de propietarios?, para que cada uno de los ciudadanos sea capaz de decidir y dirigir su propio destino.
Sus palabras aludieron, aunque sin mencionarlo, a los proyectos de Bush de emprender reformas a fondo del sistema fiscal y del de pensiones públicas.
En su discurso, con numerosas menciones a Dios y a la Biblia, Bush pidió a los estadounidenses que participen en la tarea ?idealista? de mejorar el país y llevar la libertad al mundo, tanto dentro del Gobierno como de las Fuerzas Armadas ?en la lucha contra nuestros enemigos?.
En cuanto al tema de la migración señaló que es necesario cambiar las anticuadas normas y resolver el problema de los ocho millones de indocumentados la cual es ?por la oposición de demócratas y de parte de los republicanos- una de las reformas con menos probabilidades de lograr.
Para estos cambios, el tiempo es escaso, un año y medio: además de la oposición de los desorganizados demócratas, Bush tendrá enfrente a congresistas republicanos más preocupados por su reelección en 2006 que por el paso a la historia del presidente. El vicepresidente Cheney jugará un papel fundamental en el pulso con el Congreso. Todos los ex presidentes de Estados Unidos aún en vida, a excepción de Gerald Ford, asistieron ayer en el palco de honor a la juramentación del actual ocupante de la Casa Blanca.
Estuvieron presentes en la ceremonia Jimmy Carter (1977) con su esposa, Rosalynn; Bill Clinton (1993) y su esposa, la senadora Hillary Rodham Clinton y George H. W. Bush (1989) y su esposa Bárbara Bush, padres del actual mandatario.
Ensombrece Irak juramentación
El presidente George W. Bush pronunció ayer, en su discurso de juramentación, dos mil vehementes palabras acerca de su segundo mandato, pero ninguna de ellas aludió a la guerra de Irak.
Ya la gane o la pierda, esa guerra podría definir la presidencia de Bush y el mandatario republicano lo sabe tan bien como cualquier otro político estadounidense. Lo cual explica su omisión.
En los momentos en que el mandatario prestaba juramento por segunda vez, las bajas norteamericanas en Irak sumaban más de mil 360 muertos y diez mil 500 heridos. La guerra ha costado ya 100 mil millones de dólares y continúa costando más de mil millones de dólares a la semana.
Las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses considera que el conflicto no vale la pena en términos de costos y de vidas humanas, aunque parece dispuesta a dar tiempo al mandatario para que estabilice el país.
Bush pidió empero la paciencia del público, tal como había hecho durante su campaña para la reelección. ?Nuestro país ha aceptado obligaciones que son difíciles de cumplir y que sería deshonroso abandonar?, dijo el mandatario.
Esa frase, combinada con un tributo a los caídos, fue lo más cerca que estuvo Bush de mencionar a Irak.
De hecho, la clave de la victoria de Bush en noviembre fue su capacidad de persuadir a la mayoría de los votantes de que Irak es parte de su campaña antiterrorista. ¿Continuará el electorado estadounidense aceptando esa tesis?
?Esa es la gran pregunta?, dijo Tom Rath, aliado de Bush y alto funcionario de la Comisión Nacional Republicana. ?Irak tiene la capacidad de restar apoyo político al presidente o si las cosas mejoran, de movilizar al pueblo en su respaldo?.
La tasa de aprobación del presidente al comienzo de su segundo mandato es de alrededor de un 50 por ciento, es decir, más baja que ningún presidente reelecto en época reciente salvo Richard Nixon.
Si bien la mayoría de los electores ensalza su lucha contra el terrorismo, manifiesta escepticismo acerca de los planes de Bush para el Seguro Social, los impuestos, la deuda nacional, la inmigración y la atención médica.
TIENEN ÁRABES TÍMIDA ESPERANZA
Inquietud, temor y tímida esperanza son los tres sustantivos que con mayor frecuencia repiten los árabes y musulmanes cuando desglosan cuáles son sus expectativas respecto al nuevo mandato del presidente de EU, George W. Bush.
Los políticos prefieren, sin embargo, hablar de la ?necesidad de un cambio? radical en la política exterior de Washington, después de cuatro años de violencia en Palestina y las guerras de Afganistán e Irak.
?Creo que el sentimiento generalizado, tanto entre políticos como entre la población, es el pesimismo. Pocos esperan variaciones significativas. Pero nadie quiere renunciar a la esperanza?, asegura Emad Eldin Shahin, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de El Cairo.
Al día siguiente de la elección de Bush, el pasado noviembre, la prensa oficialista árabe amaneció plagada de titulares que reflejaban frustración y resignación.
ESPERAN EUROPEOS FORTALECER LAZOS
Los gobiernos europeos asisten con interés al comienzo del nuevo mandato de George W. Bush, confían en fortalecer lazos con Washington y cerrar heridas abiertas en algunas relaciones durante los últimos cuatro años.
El Ejecutivo del canciller Gerhard Schroeder da por ?superada? la crisis con EU por la guerra de Irak, asegura que ?tanto el clima como la sustancia de las relaciones transatlánticas han mejorado en el último año? y se congratula de que ?la profesionalidad y no la ideología dominen en el nuevo Gabinete? de George W. Bush.
Alemania será uno de los países que Bush visite en su primera gira europea tras la reelección, y el Gobierno de Berlín demuestra mucho interés por empezar una nueva etapa en la relación.
Francia, por su parte, ha dejado claro que desea un nuevo comienzo en las relaciones, después de que su abanderamiento de la oposición a la guerra en Irak en 2003 causara un grave deterioro.
El presidente, Jacques Chirac, quien se reunirá con Bush en Washington en las próximas semanas, expresó públicamente el deseo de abordar con él el nuevo año en ?la unidad y la confianza?.