La música de la fiesta nos envuelve, mientras Rodrigo y yo platicamos, nos besamos, fumamos y bailamos hasta hartarnos. Él tiene diecinueve años y yo acabo de cumplir dieciséis. Como a la una de la mañana, siento que las cubas se me han subido y voy al baño. Rodrigo me sigue, entra detrás de mí y cierra la puerta. No digo nada. No protesto mientras él me besa.
Recargada contra la pared, siento que su mano me desabrocha el pantalón. A pesar de la jarra que traigo, me asusto mucho, porque nunca antes he tenido relaciones sexuales. Al mismo tiempo, una serie de pensamientos pasa por mi mente: ?Si ya lo dejaste entrar aquí, cómo le vas a decir que no? Ahora, ¿qué vas a hacer? No vas a perder tu virginidad en un baño? Estás hasta atrás??.
En eso, Rodrigo me jala fuertemente para acostarme sobre el piso. Siento el peso de su cuerpo encima de mí. Yo lucho, forcejeo, quiero gritar y salirme de ese lugar. Él me lo impide usando toda su fuerza hasta que, por fin, puedo sacar una pierna y logro empujarlo y salir corriendo?
Después de agradecerle a Martha, ahora de 27 años, su confianza para narrarnos esto, le pregunto:
?¿Cómo te afectó esta experiencia?
?Por un par de años lo bloquee, me dañó mucho emocionalmente y, al mismo tiempo, estaba afectada por haberlo mantenido en silencio. Sentía temor y también culpa, me di cuenta de que no me había valorado y, por mucho tiempo, le tuve coraje a los hombres. Aprendí que era muy soberbio de mi parte el creer que podía ligarme a quien quisiera, coquetear a mi antojo, y que todo sería un juego sin consecuencias?
?¿Por qué crees que te pasó esto?
?Mira, el alcohol tuvo mucho que ver, yo estaba completamente jarra. Ya aprendí que el abuso sexual se da más fácil cuando hay droga o alcohol de por medio?
¿Cuándo es abuso sexual?
El abuso sexual puede darse de varias formas, incluso cuando no haya contacto físico de por medio. Ejemplos de esto serían comentarios que te incomoden, muestras de exhibicionismo, el que te obliguen a ver determinadas imágenes, algún tipo de contacto físico, toqueteo de genitales, o simplemente el chantaje hecho por alguien en posición de poder, como un maestro o un jefe, a cambio de un ascenso, buenas calificaciones, etcétera.
En general, cualquier tipo de abuso sexual no tiene que ver estrictamente con el sexo en sí, sino que está más relacionado con un brutal alarde de poder. Ser víctima de una situación así es de las cosas más humillantes que te pueden suceder, porque los sentimientos de culpa y vulnerabilidad te pueden carcomer. Por ello, es importante que sepas lo siguiente:
a) Alrededor del 80 por ciento de las violaciones definidas como penetración sexual no deseada, ocurren entre personas que se conocen. Puede suceder entre amigos, novios o parientes. Personas ¡en las que confías!
El alcohol es un factor determinante en dos terceras partes de los casos de violación y abuso sexual. Éste, como tantas otras drogas, puede nublar la razón o hacer perder la conciencia al grado de aceptar la violación o, lo que es lo mismo, no oponer resistencia a ella.
¡Ojo! En muchos de los casos, la mujer está dispuesta a llegar sólo hasta un punto del acto sexual, sin embargo ocurre que, cuando decide detenerse, el hombre la ignora y la obliga a continuar. Por eso es importante decir de manera clara y fuerte un ?no, no quiero? y repetirlo cuanto sea necesario, para que quede constancia tanto en la comunicación como en caso de que se proceda legalmente.
La Dra. Guillermina Mejía, directora general de Adolescentes A.C., realizó un estudio piloto en un grupo de 222 jóvenes estudiantes de entre 18 y 22 años, dentro de una dinámica llamada Cuéntame tu Secreto. Los cuestionarios, contestados por escrito, de manera anónima, espontánea, sin presión o inducción alguna, arrojaron los siguientes resultados: El 57 por ciento de las niñas habían sido abusadas sexualmente. La edad promedio de la víctima de abuso es de 8.5 años y la edad promedio del abusador, 20.3 años.
El parentesco del abusador era:
Tío: 21 por ciento.
Primo: 19 por ciento.
Un extraño (la mayor parte de este rubro coincide con exhibicionismo): 16 por ciento.
Amigo o conocido de la familia: 14 por ciento.
No se menciona parentesco: 11 por ciento.
Hermano mayor: nueve por ciento.
Pareja: cuatro por ciento.
Papá/padrastro: tres por ciento.
Abuelo: dos por ciento.
Sacerdote: uno por ciento.
f) ¿Comunicaste a alguien del abuso?
Nunca: 84 por ciento.
Sí: 16 por ciento.
Es importante que te des cuenta de lo frecuente que puede ser un abuso sexual o una violación; el solo hecho de estarlo puede prevenir que te suceda a ti. Piensa bien con quién andas, con quién sales, con quién te sientes segura y por qué. Observa cómo te tratan. Si el niño con el que sales, o cualquier otra persona, siempre insiste en ir a un lugar en donde tengan que estar solos o notas que tiene cambios de personalidad y se comporta agresivamente, ¡ojo!
Denúncialo, no te quedes callada, platícalo con tu mamá, tu papá, o con algún adulto al que le tengas confianza. Sentirás un gran alivio. No hay nada peor que sobrellevar en soledad esta humillación. Nadie tiene derecho a forzar a una mujer a tener relaciones sexuales si ella no quiere, ni aún siendo marido y mujer.
Ten en cuenta que es probable que quien lo haga una vez, lo repita con otras niñas o mujeres, porque siente que puede salirse con la suya. Creo que ha habido demasiado silencio, humillación y vergüenza alrededor de este tema, y ya es hora de alzar la voz.