La contienda interna del PRI en Coahuila dejará muchas heridas difíciles de cicatrizar. El dispendio de recursos, las descalificaciones y la guerra sucia han sido el preámbulo de un proceso que en teoría apenas hoy comienza con el registro de los aspirantes a la candidatura del tricolor.
En estas semanas previas los ciudadanos fueron testigos de campañas publicitarias que lo mismo hablaban de organizaciones civiles, que del desempeño de algún senador, secretario o bien alcalde. Esto sin contar la publicidad referente al cómo promover en la población la creación de pequeños negocios. Estrategias enfocadas a esquivar el Artículo 107, pero sobre todo, a generar posicionamiento en la ciudadanía.
Ayer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló a favor del Partido Revolucionario Institucional en el litigio promovido por Raúl Sifuentes para intentar eliminar el “candado” que lo imposibilita a buscar la candidatura para gobernador, al no haber ocupado antes ningún otro cargo de elección popular.
La decisión de los magistrados parecía dar un poco de certidumbre al proceso, se creía que las impugnaciones terminarían, pero no fue así. Raúl Sifuentes anunció que procederá contra los magistrados del Trife en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además que nuevamente impugnará los famosos “candados” en el Instituto Estatal Electoral.
Por si fuera poco este día nueve priistas desfilarán para obtener su registro. Acto que sin duda el partido festejará como una fiesta de la democracia, nada más lejos de la realidad.
Las propuestas brillan por su ausencia y el proceso de selección de candidato del PRI se ha convertido en un circo sin rumbo, donde el proceso se le salió de las manos al gobernador, Enrique Martínez, quien ya no puede presumir de tener el control político del estado.