La investigación indica que los factores de riesgo más frecuentes de dicha enfermedad infantil son los antecedentes familiares y la falta de hierro.
México, (Notimex).- Estudios efectuados por especialistas en el área de transtornos del sueño de la Clínica Mayo determinaron que seis por ciento de los niños tratados por esa causa, presentaron el síndrome de la pierna inquieta.
Según el director de neurología pediátrica de la Clínica Mayo y especialista del sueño, Suresh Kotagal, "el síndrome de la pierna inquieta está subdiagnosticado en niños".
Kotagal consideró que es importante reconocer y tratar ese padecimiento, dado que obstaculiza la vida del niño y afecta su calidad de vida.
"Los niños se despiertan varias veces durante la noche, se levantan cansados y es probable que estén distraídos durante el día", puntualizó.
Señaló que los síntomas se producen con mayor frecuencia en la noche o cerca de la hora de acostarse e incluyen molestias en las piernas o necesidad de moverlas, y se alivia con el movimiento.
Explicó que con frecuencia los pacientes describen el malestar como una sensación de hormigueo o pequeños dolores, sienten como si insectos les caminaran por las piernas y tienen una necesidad incontrolable de moverlas.
La investigación indica que los factores de riesgo más frecuentes de dicha enfermedad infantil son los antecedentes familiares y la falta de hierro.
Hasta ahora, dijo, se dispone de informes esporádicos de casos, pero nadie ha estudiado en forma global a un grupo grande de niños con problemas de insomnio a fin de detectar cuántos de ellos padecen el síndrome.
El doctor Kotagal y su colega Michael Silber consideran que dicho mal podría ser la causa de la vieja noción de los "dolores de crecimiento".
Durante décadas, recordó Kotagal, se ha sabido que los niños tienen dolores de crecimiento y los estudios efectuados por otros investigadores muestran que los dolores de crecimiento podrían deberse en realidad al síndrome de la pierna inquieta.
En este sentido, explicó que si bien los dolores de crecimiento esporádicos pueden ser inocuos, padres e hijos deben estar alerta ante un patrón habitual de molestias en las extremidades a la hora de dormir.
"Los dolores ocasionales no son causa de preocupación, pero si el niño siente dolores de crecimiento todas las noches, podría tratarse del síndrome de la pierna inquieta", comentó.
El estudio dirigido por Silber analizó los registros de 538 niños atendidos durante el programa de trastornos del sueño en pacientes pediátricos en la Clínica Mayo, entre enero de 2000 y marzo de 2004.
Los nuevos criterios de diagnóstico definidos, con parámetros más estrictos, en una conferencia para el consenso de los Institutos Nacionales de Salud y la Fundación Internacional del Síndrome de la Pierna Inquieta en 2003, permitieron a los investigadores clasificar a los 32 pacientes en dos grupos.
Uno estuvo conformado por nueve casos con diagnóstico probable de síndrome de la pierna inquieta y otro de 23 casos con diagnóstico definitivo.
Los pacientes del grupo con diagnóstico probable eran en promedio más jóvenes. Los síntomas más frecuentes eran problemas para conciliar el sueño o para permanecer dormidos, que afectaban a 87.5 por ciento.
Un factor común de todos los pacientes con síndrome de la pierna inquieta era la baja concentración de hierro en la sangre observada en 83 por ciento de los pacientes, cuya explicación se desconoce, refirió Kotagal.
Los expertos también encontraron antecedentes familiares del síndrome en 23 de los 32 pacientes diagnosticados en el estudio.
Entre esos casos se observó que la madre del niño tenía una probabilidad tres veces mayor que el padre de estar afectada por el padecimiento.
"Parece haber un fuerte componente genético en el síndrome de la pierna inquieta, en muchos casos, al elaborarse la historia clínica del niño junto a sus padres, éstos afirmaron tener un problema similar" resaltó.