Only for now, dice la canción. Nada es para siempre? Tienes salud, por ahora; tienes trabajo, por ahora; te sientes triste, por ahora; te sientes feliz, tú dolor es por ahora, recuerda, con excepción de los impuestos y la muerte, todo es sólo por ahora?
Esta cancioncita con la que un grupo de títeres cierra la obra de teatro Avenue Q, queda dando vueltas en mi mente. Hace tres meses que tuve la oportunidad de verla en la ciudad de Nueva York, y no dejo de reflexionar en el estribillo que se repite una y otra vez al final de cada frase. Sólo por ahora? y me pregunto: ¿En realidad nos damos cuenta? ¿Valoramos y apreciamos lo pasajero de cada momento? Dice Borges que no existe el paraíso, lo que existe es el paraíso perdido? valoramos los momentos, los lugares, una vez que forman parte del recuerdo.
EL VALOR DE APRECIAR
Leo El Poder del Aprecio, de Nelson y Lemare, editorial Alamah, y confirmo que apreciar el momento es algo que está científicamente comprobado que puede transformar nuestra vida: logra que pase de buena a maravillosa, de difícil a feliz y, sobre todo, afecta directamente nuestra salud.
¿Te ha tocado ver los rayos de sol que se esconden en un atardecer rojo bajo un cielo azulado? Tanta belleza hace que nos quedemos perplejos, con la mirada congelada por momentos. La maravilla de la escena nos impresiona tanto, que nuestra mente parlanchina se calla. Como si entráramos a otra realidad, una realidad que está presente pero que solemos ignorar. Eso es apreciar y valorar el momento. Enfocar tu atención sólo en el presente.
Algo que me pareció verdaderamente asombroso es conocer que, al apreciar, emitimos una frecuencia vibratoria muy poderosa; esto lo demuestra el doctor Masaru Emoto, de Japón, que ha investigado el impacto de los pensamientos, los sentimientos y la música en la estructura cristalina del agua. ¿Por qué el agua? Porque según Emoto, es el elemento más sensible que existe para captar las vibraciones.
En su libro Messages from Water (Mensajes del Agua), él y su equipo fotografiaron y examinaron con un microscopio de alto poder las formaciones cristalinas de hielo antes y después de exponerlo a diferentes fenómenos.
Por ejemplo, el doctor Emoto puso las palabras AMOR Y APRECIO en un tubo de ensayo con agua. El líquido fue congelado y examinado, y luego se comparó con otra muestra de agua que era idéntica en todos los aspectos, pero a la que no le habían puesto ninguna etiqueta.
Los resultados fueron sorprendentes. Las figuras cristalinas del agua sin etiqueta eran amorfas y de constitución nebulosa. Las del agua con el letrero de AMOR Y APRECIO eran bien definidas, precisas y transparentes, como escarcha de nieve esculpida con la punta de un diamante.
Después, el doctor Emoto marcó otro tubo de ensayo con agua con la frase ME ENFERMAS, TE MATARÉ. Estas palabras tuvieron un impacto muy diferente en la estructura del agua. Según el doctor Emoto, ?la forma de este cristal era distorsionada, implosiva y dispersa. Su estructura era caótica, mal definida y no tenida nada en común con la belleza de los cristales de AMOR Y APRECIO?.
Si las diferentes frecuencias vibratorias de las palabras pueden tener este enorme efecto en la estructura cristalina del agua, ¡imagínate lo que podrán hacer en nuestros pensamientos! ¡No olvidemos que el 70 por ciento de nuestro cuerpo es agua!
En ningún lugar es más evidente el poder transformador de apreciar, que en el nivel de nuestras funciones más básicas: los latidos del corazón y el funcionamiento del cerebro.
Según el resultado de investigaciones, cuando sientes emociones negativas, como el enojo, tu ritmo cardiaco se vuelve desordenado, desigual, impredecible y fluctuante. Y crea una reacción en cadena en tu cuerpo que, con el tiempo, puede hacer que desarrolles hipertensión, lo cual aumenta tus riesgos de padecer enfermedades cardiacas y apoplejía.
Cuando tienes pensamientos relacionados con el aprecio, tu ritmo cardiaco aparece como una onda estable, regular y equilibrada. Es un ritmo armonioso que fomenta la buena salud, fortalece el sistema inmune, proporciona un buen funcionamiento al sistema nervioso y mejora el equilibrio hormonal.
Asimismo, en el cerebro provoca un mayor flujo sanguíneo, lo cual afecta directamente todas sus funciones. Además, te sientes animado, feliz, alegre, con más energía, entusiasta y en paz.
Es importante no sólo apreciar el momento, sino hacer del aprecio parte de nuestra vida.
Una vez que el corazón y la mente logren hacer del aprecio un hábito, se alterará tu manera de percibir e interpretar lo que ocurre, entonces, obtendrás lo mejor de ti mismo, de la vida, de aquéllos a quienes amas y con quienes trabajas.
Te invito a apreciar los momentos, los amigos, un abrazo, un cielo estrellado, la sonrisa de un niño, los últimos días de vacaciones, lo eterno de un instante y la fragilidad de la vida.
Recordemos que nada es para siempre, todo esto es sólo por ahora?