Reuters
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Con más de 100 shows y 50 millones de dólares en premios, los reality shows se han convertido en la vía rápida hacia la fama, la riqueza e incluso el amor verdadero.
Pero si quieres un poco de acción, necesitarás perseverancia, nervios de acero y mucho tiempo en tus manos.
La mayoría de la gente cree que es muy fácil entrar a estos programas y, a esta altura, todo el mundo conoce a alguien que conoce a otro que estuvo en un reality show. (Pero) Es mucho menos accesible de lo que la gente cree, dice Matthew Robinson, autor de Cómo entrar a un reality show.
Entre 25,000 y 50,000 personas en busca de sus 15 minutos de fama participan en audiciones cada temporada para programas importantes como Survivor, Fear Factor y The Bachelor.
American Idol, que le ofrece al ganador la posibilidad de convertirse en una estrella pop, es por lejos el más duro de acceder con más de 100,000 concursantes. Kelly Clarkson, una de las ganadoras de este programa, cambió su vida citadina por la fama y el éxito.
Survivor lleva a los participantes a lugares remotos en donde deben usar su ingenio para permanecer en la competencia.
Los participantes de Amazing Race realizan un viaje alrededor del mundo, mientras que The Bachelor presenta un hombre codiciado un grupo de potenciales parejas.
En Fear Factor los participantes tienen que realizar proezas como ser comer todo tipo de insectos y desechos.
Robinson, un escritor de guiones de Hollywood y adicto confeso a los reality shows, les dice a los principiantes cómo sobrevivir a las audiciones y qué están buscando los directores de casting. Él les transmite sabios consejos de parte de ex participantes que han estado ahí, han comido aquello y, por sobre todas las cosas han deseado no haberlo hecho.
?Casi todos se arrepienten, con la excepción de quienes estuvieron en Amazing Race, que lo amaron. Los participantes de The Bachelor con quienes hablé, me dijeron que se arrepintieron por completo y que terminaron pareciendo unos idiotas.
?La experiencia de estar en estos programas es bastante traumática. Lo siento por mucha gente que sale de ellos totalmente traumatizada?, dice Robinson. Los reality shows han hecho tales avances en las agendas y en los sentimientos del público americano en los últimos cinco años, que el género ya tiene su propia categoría en los premios Emmy para la TV.
Programas cortos como ¿Quién Quiere Casarse con un Multimillonario?, Mi Prometido Gordo y Repugnante y la adopción de ¿Quién es tu Papito? llevaron el género hasta sus límites, pero Robinson cree que los reality shows están aquí para quedarse.
?No creo que sea una moda. Es una cuestión de costos.
Puedes hacer una temporada entera de The Bachelor por el mismo costo que un episodio de ER, dice Robinson, en referencia al famoso programa de la sala de urgencia de un hospital.
?La televisión realidad tiene un buen sentido económico. Y, tal vez más significativamente, estos programas son puro entretenimiento?.
Experiencia real
Amaya Bruescher, quien participó en el reality The Real World en 1999, dijo que tuvo que teñirse el pelo, cambiar su apariencia e incluso usar sombreros para evitar ser reconocida.
Si bien los reality shows han perdido su predominancia en las emisoras de televisión de los Estado Unidos, que están ofreciendo más series con guiones esta temporada, Robinson dice que la mayoría de esos programas tuvieron un incremento de 20 a 30 por ciento en el número de potenciales participantes.
Robinson dice que está sorprendido ante el difícil potencial que los participantes deben poner a prueba, incluyendo pasar varios días secuestrado en un hotel, someterse a exámenes médicos, psicológicos y verificaciones acerca de su pasado por investigadores privados.
?La mayoría de las personas deja su trabajo para entrar a estos programas. La gente definitivamente hace muchos sacrificios?, dice.
El dinero es uno de los factores de motivación junto a la fama, aunque la mayoría de aquellos que lo intentan sólo anhelan una experiencia única en la vida. En The Bachelor y en The Bachelorette realmente tienes que querer enamorarte. Y en horario central de televisión.