Debido a la desesperación de los pequeños, a las 12 del día se terminan
las clases
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Justo a las 12:00 horas del día debe sonar la campana, de lo contrario los niños comienzan a desesperarse y a gritar que tienen calor, por eso a la maestra no le queda más remedio que terminar la clase una hora y media antes de lo normal.
Milena Zavala de Rosales, maestra de la primaria Rocío Villarreal, señala que los niños de esta escuela ya tienen cinco años soportando las bajas y altas temperaturas. Y es que el salón en donde estudian es de cartón y madera: en invierno los pies y las manos se les congelan, cuando llueve el aula se deshace y en temporada de calor, los alumnos se desesperan.
Milena Zavala de Rosales asegura que no le queda más remedio que mandar a los niños a sus casas cuando el reloj marca las doce del día. ?Se ponen muy necios, se molestan y ya no quieren trabajar, es lo más temprano que los dejo salir pero lo normal sería a la una y media?.
Comenta que será imposible construir un aula de ladrillo porque la escuela se encuentra ubicada en terrenos irregulares en la colonia del mismo nombre, ?los mismos padres construyen los jacales, así en el momento en que nos pidan el lugar nada más se tumba?.
A pesar de que hace una semana comenzó el ciclo escolar, los alumnos aún no cuentan con sus libros de texto. Para la maestra es difícil trabajar con los niños, pues a pesar de que en la primaria sólo se inscribieron 16 alumnos, todos van a diferentes grados y debe atenderlos en un mismo salón.
?Tenemos de primer a quinto grado, no hay alumnos de sexto; tenemos muchas necesidades, simplemente no tenemos baño, no hay agua, no hay luz, no hay drenaje, lo peor es que el salón es un horno en tiempo de calor y los niños se inquietan mucho?.
Afortunadamente, dice, la lluvia de la mañana del lunes no ocasionó daños en el salón, pues los padres de familia se esmeraron cuando la construyeron: trataron de poner el mejor cartón para que resistiera el agua y el aire.
A pesar de las carencias, la maestra asegura que los niños han logrado un buen nivel académico: ?ya tengo dos años con ellos, a los más grandes les pongo trabajo y mientras lo hacen me dedico a primer y segundo grado?.
Aunque sea móvil
Alicia Salazar López es maestra del preescolar comunitario que se encuentra ubicado en los mismos terrenos de la primaria Rocío Villarreal, sólo que sus alumnos estudian en un aula móvil en lugar de un salón de cartón.
Sin embargo, la maestra asegura que los niños no resisten el calor que se siente adentro del aula móvil y prefieren estudiar al aire libre. ?Tiene un aparato de refrigeración pero como no tenemos luz no lo podemos prender?.
Además, en el aula móvil el cupo es de 28 pero tiene inscritos 38 alumnos en preescolar: ?el sol le pega directamente al vagón y lo caliente muchísimo, y los niños me gritan que los saque al patio porque tienen calor, hay días que los dejo salir a las once de la mañana por esta situación?.
