El País
MADRID, ESPAÑA.- Todo es igual, pero nada es lo mismo en la escuela de Hogwarts. Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger, los tres protagonistas, han entrado en la cuarta entrega cinematográfica en esa zona de turbulencias que es la adolescencia. La agitación hormonal salta a la vista.
Sus aventuras son menos inocentes, los peligros muchos más grandes y los primeros rodeos amorosos flotan en el aire. De las realizadas hasta ahora, Harry Potter y el Cáliz de Fuego, es la más dramática y tenebrosa de las películas de la saga.
La espectacular celebración de la Copa Internacional de quidditch, con la que arranca el filme, marca el giro, por derroteros más oscuros, que está tomando la historia de J. K. Rowling. En cuestión de segundos, la euforia del juego y la alegría de la victoria del equipo de Irlanda se transforman en escenas de pánico. Los amigos del temible lord Voldemort han dejado a su paso un paisaje de destrucción y ruinas.
?El estilo de este libro es mucho más el de un thriller que los anteriores. Las películas siempre han sido fieles a los libros y no podemos evitar que alguien muera en ellas?, afirma Emma Watson, la intérprete de Hermione, quien transformada en una adolescente perfectamente maquillada e impecablemente vestida, se explica ante la prensa con un aplomo muy adulto.
Algo más nervioso, Daniel Radcliffe reconoce que Harry, el personaje con el que ha crecido durante los últimos cinco años, se enfrenta en esta ocasión a fuerzas mucho más lúgubres y letales. ?Ya sé que cada que vez que se estrena una nueva película resulta más tenebrosa, pero esa es la verdad y este filme es mucho más sombrío y también da más miedo que los anteriores?, comenta el joven actor, que aprovecha la presentación internacional de la cinta en Londres para declarar su amor por Natalie Portman y sus deseos de trabajar con Scarlett Johansson.
El Cáliz de Fuego transcurre entre los preparativos y las pruebas de una gran competición, que sólo tiene lugar una vez cada 100 años y en la que participan otras dos escuelas rivales de magia. Harry es demasiado joven para poder disputar el Triwizard, pero muy en contra de sus deseos y por misteriosas razones, se ve obligado a participar en el certamen donde los contrincantes se juegan la vida.
El desafío pasa por escapar a las llamas que arroja por la boca un dragón feroz, bucear en las aguas de un gigantesco lago, a riesgo de quedar atrapados para siempre en el fondo, o sortear las trampas mortales de un laberinto sin fin.
?La escena del dragón fue aterradora. Tuve que subirme a lo alto de una grúa y volar por los aires colgando de un gancho que estaba sujeto al techo?, comenta Radcliffe, quien está tomando clases particulares de magia con un profesional como Paul Kieve, del Magic Circle.
Kieve ya le enseñó a hacer algunos trucos para la tercera película. El enfrentamiento entre el aprendiz de mago y la encarnación del mal absoluto, el temible Voldemort, tiene lugar, como no podía ser menos, en un cementerio.
La pavorosa aparición de Ralph Fiennes, con el rostro deformado y dispuesto a sacarle las mantecas al pobre Harry, es una de las más inquietantes escenas del filme, que en el Reino Unido sólo podrán ver los menores de 12 años acompañados de sus padres.
?Es un thriller clásico en el que el héroe se ve de pronto en el centro de una serie de perversas maquinaciones?, afirma Mike Newell, el realizador de Cuatro Bodas y Un Funeral y el primer británico encargado de dirigir una película de la serie Potter.
?Creo que es el más sombrío y el más cruel de los filmes de la serie, pero no se puede seguir haciendo películas para niños pequeños, porque está bastante claro que J. K. Rowling ha cambiado y ya no está escribiendo para niños pequeños?. Pero ésa es la verdad y este filme es mucho más sombrío y también da más miedo que los anteriores.
Otro signo de los tiempos es la aparición de un ejército de chicas preciosas, en un uniforme azul muy seductor, rodeándose entre las mesas del comedor del colegio.
Llegadas de Francia con la rubia Fleur Delacour (Clémence Poésy) a la cabeza, las Beauxbatons introducen un toque chic y sexy en el viejo internado.
Los músculos del búlgaro Víctor Krum (Stanislav Ianevski), que tanto le gusta a Hermione y el beso que pudo haber sido y no fue entre Harry y Cho (Kathy Leung) son también parte de la nueva atmósfera en Hogwarts. ?He disfrutado con las escenas románticas. Sólo tuve que comportarme como un adolescente bastante patético que no sabe como hablarle a una chica?, afirma Radcliffe, para quien el gran baile de la escuela ?fue el momento más embarazoso del rodaje, porque realmente quería hacerlo bien y porque mis padres son campeones de danza?.
Con seis libros en las estanterías, a J. K. Rowling sólo le queda por escribir el tomo final. Radcliffe desea que en esta séptima entrega Harry muera, ?porque no me gusta el sentimentalismo?.
Ni él ni sus compañeros Emma Watson y Ron Weasley están seguros de poder protagonizar la serie completa, ya que muy pronto serán todos ellos adultos.
De momento volverán a reunirse en primavera, cuando comience el rodaje de Harry Potter y la Orden del Fénix, que va a dirigir el inglés David Yates y deberá estrenarse en 2007.