El Universal-AEE
NUEVA YORK, EU.- Su complexión menuda y su trato amabilísimo contrastan con su mediático y luminoso título de director "Clase A" de Hollywood.
Ang Lee no se comporta como otros iconos del cine contemporáneo. En él no hay displicencia o un ego desbordado, más bien es sencillo, casi tímido, y su genialidad se filtra en su plática.
El realizador de origen taiwanés promueve su proyecto más reciente Brokeback Mountain, adaptación fílmica del cuento homónimo de la ganadora del Premio Pulitzer, Annie Proulx.
Esta conmovedora historia de amor, que se ha convertido en el filme más premiado y halagado de la temporada, sigue el tortuoso destino de un par de vaqueros de origen humilde que se enamoran en el rudo y machista oeste de los Estados Unidos de los 60.
Cuando escucha el nombre de México, Lee dibuja una amplia sonrisa y se entusiasma.
"Estoy disfrutando mucho la promoción de la película. Espero llegar a México. Es un lugar al que quiero ir", diría durante la charla el cineasta de 51 años afincado en Nueva York.
El director de Sensatez y sentimientos, El banquete de bodas (también con temática gay y ganadora en 1994 del Oso de Oro de Berlín) y El tigre y el dragón (que en el 2000 ganó el Oscar como Mejor película extranjera) se ve feliz, y no es para menos.
Con Brokeback Mountain tiene otra vez al mundo a sus pies y recuperó su gusto por el cine, cuando apenas hace un par de años, deprimido, estuvo a punto de retirarse después de haber filmado Hulk, que logró críticas adversas y una taquilla realmente raquítica.
Durante las últimas semanas Lee ha respondido con paciencia decenas de preguntas relacionadas con un mismo tópico: las escenas de pasión entre sus jóvenes protagonistas (Jake Gyllenhaal y Heath Ledger); pero esta vez se tomó unos segundos para hablar de su obra.
Aceptar los papeles de vaqueros que mantienen una aventura clandestina durante más de dos décadas puede considerarse también un gran riesgo para los dos protagonistas, que podrían quedar encasillados.
"Yo sólo quería hacer una buena película, me daba igual si sus carreras quedaban malditas después de esto", dijo el director Ang Lee.
Si lo ocurrido en San Francisco es indicativo, la película será un bombazo, al menos entre una comunidad homosexual que quedó traspuesta por la película.
Lee preparó a los actores para este papel separadamente, y les dio instrucciones e información sobre el desarrollo del personaje que no conocía el otro.
La escena de los dos manteniendo relaciones sexuales, quizá la más subida de tono de la película, llevó una mañana entera.
"Sólo paré para cambiar los rollos, no quería estropear su concentración", señala Lee. El resultado es genuino: "cuando estás mirando, casi te da vergüenza por ellos. Son muy valientes".
Para Ledger, la única manera de salir airoso fue mantenerse muy concentrado en el personaje.
"Si durante un segundo me hubiese parado y me hubiese dado cuenta de que Heath está besando a Jake, entonces me habría asustado y no lo habría hecho convincentemente", señaló el actor.
Un sentimiento contrapuesto al que obviamente tuvo con Michelle Williams, quien representa el papel de su mujer en la pantalla: ambos se enamoraron en el rodaje y se convirtieron en los padres de una niña a principios de este mes.
En cuanto a Ang Lee, que creció en Taiwán y vive en Nueva York con su mujer y sus dos hijos, señala que no puede pensar en nada más alejado a él que un rancho en Wyoming.
- ¿Qué tipo de historias le interesan actualmente?
- Algo dramático, como siempre.
-¿Trabaja en un nuevo proyecto?
- Ahora no tengo nada en mente. Tengo un par de proyectos en mi cabeza, pero aún estoy leyendo. Las posibilidades son en inglés y en chino. Nada en concreto. No sé todavía lo que voy a hacer el próximo año.
-¿Cómo es hoy su relación artística con China?
Quiero filmar algo que me ayude a entender China, que es de donde vengo. Algo que aborde mi relación con la historia de China y la China actual, como colectividad e individuo. Realmente estoy muy interesado en esa herencia única tanto de China como de Taiwán, y también de Estados Unidos. Necesito algo que confronte, y todo el tiempo que filme películas seguiré con esa idea: confrontar.
Polémica
La comunidad homosexual de EU espera con ansiedad el estreno, la semana próxima, de Brokeback Mountain, un filme que rompe tabúes al narrar con delicadeza una tierna historia de amor entre dos vaqueros.
-Ya está en muchas listas de aspirantes al Oscar en varias categorías, incluyendo la de mejor actor, y se hizo con el León de Oro en la última edición de la prestigiosa Muestra de Cine de Venecia.
-La comunidad homosexual de este país confía en que sirva para promocionar su causa.
-"Brokeback Mountain seguramente hará más para avanzar en la lucha por el matrimonio entre homosexuales que todas las protestas que se han hecho hasta la fecha", señala la revista 365Gay. Y es que, en opinión de este medio, "esta es una historia de amor con la que todo el mundo puede identificarse".
-La película es, por un lado, de lo más convencional, ya que se ajusta a todos los patrones de Hollywood.
-Pero por otro, no podría ser más rompedora puesto que se enfrenta al mito del vaquero viril y duro que no sólo ha de tragarse tierra y domar caballos las 24 horas del día, sino también mantenerse lejos de cualquier ilusión de sensibilidad.
FUENTE: EFE
PLECA ROJA
La historia
Rodado en las impresionantes Montañas Rocosas, el filme narra la historia de amor entre Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal).
Ambos se conocen en 1963 cuando van a pedir trabajo a un ranchero de Wyoming que les contrata para que cuiden durante el verano de un gran rebaño de ovejas en la montaña Brokeback.
La camaradería pronto se convierte en amor y, aunque saben que la aventura llegará a su fin cuando concluya el verano, los vaqueros disfrutan al cien por cien de su tórrida relación arropados por la soledad majestuosa que les ofrece la montaña.
A la vuelta, ambos se casan y tienen hijos.
Pero cuatro años después vuelven a verse, y se dan cuenta inmediatamente de que el paso del tiempo no ha hecho nada para menguar sus sentimientos.
Como salir del armario en un pequeño pueblo del oeste estadounidense no era una buena idea en los años 60, no les queda más remedio que mantener su idilio en secreto.