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Su Salud Bucal / DEPRESIÓN EN ODONTOLOGIA

Dra. Liliana Acuña Cepeda

El término ?depresión? se usa en el lenguaje corriente para referirse a un estado pasajero de infelicidad tristeza o, como se llama en inglés ?blues?, que todos hemos experimentado alguna vez como parte de nuestra vida normal. La misma palabra se utiliza también para referirse a un estado clínico que puede presentar similitudes con estos cambios de estado de espíritu, pero que también corresponde a un conjunto más amplio de síntomas y signos que a veces limitan gravemente la capacidad de un individuo para sus funciones. A línea de separación entre la depresión clínica y los cambios pasajeros de humor; algunos autores todavía discuten si la depresión es o no enfermedad. Sin embargo, los pacientes con depresión grave muchas veces son incapaces de trabajar y de efectuar las labores diarias, y de conservar buenas relaciones con sus amigos y parientes. Lo cierto es que sufren como parte de su problema y, en ocasiones, parecen desarrollar cambios físicos secundarios, como pérdida de peso, mayor propensión a enfermedades, y funciones alteradas de diversos sistemas corporales. En muchos casos, el tratamiento específico de la depresión aliviará muchos de estos síntomas. Por tanto, desde un punto de vista funcional tiene gran valor práctico considerar la depresión clínica como enfermedad, y tratar a los pacientes con este problema. Grados variables de depresión muchas veces acompañan a las enfermedades crónicas, es muy frecuente en individuos con dolor bucal crónico y otros trastornos sensoriales de la boca, sea cual sea la causa de la anormalidad de las sensaciones. Por tanto, el dentista o el médico que tratan pacientes con enfermedad bucal crónica muchas veces se hallan en realidad delante de un paciente deprimido. Los pacientes deprimidos también se preocupan demasiado acerca de varias funciones corporales (incluyendo funciones y aspecto de la boca), y un dentista ha de pensar que hay pacientes deprimidos entre los que repetidamente buscan las formas más complicadas de tratamiento y le piden las más complejas de tratamiento dental. En general, el tratamiento de las enfermedades bucales en un paciente deprimido dará poco resultado, tanto si el problema de la boca es una caries dental, como si es enfermedad periodóntica, disfunción mioaponeurórica de la articulación TM, úlceras bucales recurrentes, dolor bucofacial crónico o dentaduras poco satisfactorias. Es muy importante que el dentista pueda reconocer al paciente deprimido y obtenga para él un tratamiento adecuado, si quiere tener buen resultado al ocuparse del trastorno bucal.

La depresión es una de las formas más comunes de trastorno mental que el dentista tiene probabilidades de encontrar en sus pacientes (hay una estimación que sugiere que el cinco por ciento de la población experimentará depresión en alguna edad), y también es un problema con menores probabilidades de causar hospitalización o ingreso en una institución adecuada, de problemas como la esquizofrenia. Por tanto, puede ser menos manifiesta en la historia médica del paciente que otras formas de trastorno mental.

Es posible que el paciente deprimido también se esfuerce mucho en negar o enmascarar su depresión; hay que buscar cuidadosamente los síntomas depresivos ocultos. Desafortunadamente, como persisten las discusiones acerca de la índole de la depresión, frecuentemente hay tendencia por parte de clínicos y familiares a evitar este problema en un paciente, incluso cuando los síntomas y su incapacidad para cubrir sus funciones resultan obvios. Sin embargo, el no descubrir y tratar la depresión, no es raro que produzca considerable frustración y sufrimiento, y esto origine pérdida de tiempo y esfuerzo, tanto para el médico como para el paciente.

La capacidad para reconocer la presencia de síntomas depresivos no debe confundirse con el establecimiento de un diagnóstico psiquiátrico de depresión. Síntomas depresivos pueden acompañar a diversos tipos de enfermedad mental como la esquizofrenia, y también pueden resultar de lesión cerebral y del uso de drogas como reserpina, fenotiacinas y otros tranquilizantes. La depresión puede ser una respuesta lógica a la muerte de una persona querida, a alguna pérdida importante, a enfermedad o a una invalidez crónica.

Además, para el psiquiatra la depresión no es una sola enfermedad, sino que se manifiesta en formas diversas, cuyo estudio ha dado origen a uno de los debates más prolongados en psiquiatría. Una categoría de depresión incluye los casos descritos como endógenos (los causados fundamentalmente por algún trastorno biológico; por ejemplo, los diagnosticados de psicosis bigásicas o maniacodepresivas, o la melancolía de involución); las otras categorías principales son la depresión reactiva, que se considera causada básicamente por alguna situación externa de fuerte tensión, como duelo, pérdida financiera o falta de trabajo (p. Ej. los pacientes diagnosticados de depresión psicógena o neurótica).

Estudios continuos acerca del papel de las catecolaminas y de otros productos intermedios en las funciones del sistema nervioso central sugieren que puede existir alguna anormalidad bioquímica en todos los tipos de presión, pero todavía no hay ninguna hipótesis unificadora que explique todas las enfermedades depresivas. En consecuencia, el diagnóstico de la naturaleza del problema psiquiátrico que presenta el paciente, y saber si en realidad sufre o no una enfermedad mental, se halla todavía en manos del psiquiatra, quien debe ser consultado, siempre que sea posible, cuando el dentista descubra depresión importante en su paciente.

Seguiremos platicando en otra ocasión lo importante que es la depresión para la salud en general y bucal.

Bibliografía: Biblioteca ADM.

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