Colegio de Cirujanos Dentistas de la Laguna A.C.
Filial a la Asociación Dental Mexicana Federación
Se sabe desde hace mucho tiempo, que el mejor tratamiento que se le debe dar a cualquier tipo de enfermedad de los seres vivos, es evitar que se presente. La alternativa de esto es tratarla una vez que se ha manifestado, pero esta opción es mucho menos conveniente por varias razones en las cuales se incluyen, aparte de los síntomas de la enfermedad en sí, las molestias que ocasionan los tratamientos, la naturaleza destructiva y debilitante de cualquier enfermedad, la pérdida de tiempo y el alto costo económico que representan los tratamientos a este nivel. Las dos enfermedades más comunes de la boca, la caries dental y la enfermedad periodontal, dan por resultado pérdida de tejido normal, y desgraciadamente en ambos casos nunca se recupera el tejido dañado o perdido, en el mejor de los casos, el odontólogo solamente detendrá el progreso de la enfermedad (aunque en la actualidad, en el caso de la enfermedad periodontal, por medio de técnicas de regeneración ósea dirigida, se puede recuperar en parte los tejidos que sirven de sostén a los dientes).
La prevención tiene su lógica económica, ya que el impacto monetario de las enfermedades orales es importante, y lo más triste es que por falta generalmente de información del odontólogo hacia sus pacientes, estos padecimientos se dejan avanzar desde sus inicios hasta un estado en que para solucionarlos o tratar de corregirlos es necesario gastar en algunas ocasiones elevadas sumas de dinero. Esto es también el reflejo de la gran carencia de educación en este rubro por parte de las escuelas de odontología hacia los futuros dentistas, y solamente se imparte como una materia de relleno sin darle para nada la gran importancia que en realidad tiene. El costo elevado de la vida que padecemos actualmente los mexicanos, no tendría de esta manera por qué incluir las grandes cuentas por atención dental, las cuales para colmo, casi no existen pólizas de seguros de gastos médicos que las incluyan, y esto en algunas ocasiones hace que las personas prefieran seguir padeciendo su carencia masticatoria, que desestabilizar el presupuesto familiar de por sí ya raquítico.
Pero desafortunadamente menos del 25 por ciento de la población acude con regularidad al dentista, ya que por falta de información, o por la creencia errónea que cualquier tratamiento dental es oneroso o francamente caro, (entendiéndose que algo caro es aquello que cuesta más de lo que en realidad vale).
No existe una píldora que prevenga las enfermedades dentales y probablemente nunca existirá, pero si entendemos las causas que las provocan, seguramente estaremos a un paso de evitarlas. La causa principal es la llamada ?placa bacteriana?, la cual es una acumulación blanda adherente de productos salivales y colonias bacterianas en las superficies dentales. La única manera que tienen las personas de eliminar este material productor de enfermedades es quitarlo de manera continua mediante el cepillado correcto y el uso de hilos dentales, y en algunos casos, otros aditamentos especiales de limpieza.
Al adherirse algunos microorganismos a la película y multiplicarse, son capaces de producir ácidos a partir de los alimentos que la persona consume, dichas sustancias son capaces de desmineralizar en principio la capa de esmalte de los dientes, iniciándose así la caries dental, la cual puede destruir de una manera sistemática o total todos los tejidos duros de los órganos dentales.
Además del efecto productor de caries que tiene la placa bacteriana en la superficie dental, también irrita los tejidos blandos que entran en contacto con ella, y en el inicio se presenta una inflamación localizada o generalizada en la encía y así se inicia el proceso de la llamada enfermedad periodontal.
La placa dental, es también el contribuyente principal del mal aliento, de hecho la mayoría de los olores bucales se inician por la acumulación de placa dental bacteriana. La masa de la placa tiene un olor muy desagradable, y esto se puede comprobar fácilmente si se utiliza un hilo dental entre los dientes y después se trata de percibir el olor que despide.
Es pues de suma importancia tanto para nuestra salud bucal, como para nuestra economía, las visitas periódicas al dentista, el cual tiene la obligación antes que nada de meter a sus pacientes en un programa de control de placa bacteriana, el cual es un sistema de enseñanza bien organizado y ya probado, para que éstos cuiden su dentadura como una cosa rutinaria, como es el aseo diario de cualquier otra parte de su cuerpo, y sea esto un objetivo de primer nivel tanto para el paciente como para el mismo dentista, ya que éste debe al mismo tiempo motivarlos para que no abandonen por ningún motivo dicho objetivo.
¿Quieres que tu boca tenga una presentación como las modelos de las revistas y dejar de padecer caries y encías enrojecidas e inflamadas, y en algunas ocasiones sangrantes, que padecen muchas personas a veces sin darse cuenta? La respuesta son las visitas periódicas al dentista, si él está bien preparado, te dirá la manera de solucionarlo.
Insistimos, los tratamientos odontológicos son costosos solamente cuando dejamos que los padecimientos se presenten y avancen, como lo sería cualquier enfermedad del organismo que dejemos progresar hasta niveles irreversibles.