Lumpur, (EFE).- La televisión pública de Malasia, un país mayoritariamente musulmán, suavizará el estricto código de vestir y peinado que imponía a los artistas que aparecen en pantalla, aunque continuará la censura de los contenidos por razones de moral religiosa.
Según la nueva normativa, que persigue hacer la emisora más competitiva, los artistas varones que aparezcan en televisión podrán llevar el pelo largo, y ellas podrán vestir a su gusto, siempre que sea "moralmente aceptable", anunció el viceministro de Información, Datuk Zainuddin Maidin.
"En esta era de competencia entre cadenas de televisión, la Televisión de Malasia no puede permitirse un código tan estricto", explicó el viceministro al rotativo local "The New Straits Times".
De acuerdo al anuncio, los artistas locales ya no estarán obligados a aparecer ataviados ellas con manga larga y sin marcar curvas, y ellos también bastante tapados, de acuerdo a las estrictas normas del Islam.
Zainuddin dijo que el Ministerio también aceptará la aparición en radio y televisión de artistas que se hayan visto involucrados en asuntos de drogas."Creemos que no es lícito no permitir la retransmisión de canciones de artistas por el hecho de que se hayan viso implicados en asuntos de drogas, ya que esto repercute negativamente en los músicos, compositores y letristas", dijo.
De todas formas, añadió Zainuddin, "la prohibición a los hombres de llevar un pendiente se mantiene".Antes de emitir, los medios de información en Malasia deben pasar por una dura censura impuesta por el Gobierno.
Recientemente, al canal de televisión por satélite ASTRO se le prohibió retransmitir carreras de caballos, por considerar que son una "mala influencia" en la sociedad de este país.
Aunque el anuncio de rebajar el código de vestir, es un paso adelante, Malasia continúa censurando libros, emisiones televisivas y las proyecciones de películas cuando aparecen desnudos o asuntos religiosos controvertidos.
Sin ir más lejos, el pasado día 26 de abril se censuraron once libros, entre ellos "Mujeres e Islam", de Fatima Memissi y "La historia de Dios", de Karen Armstrong.
Este último, éxito de ventas en EU y Europa, explica y compara la historia del Dios venerado por las tres religiones monoteístas: el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam.
El Gobierno lo consideró peligroso. El Partido de Acción Democrática de Malasia, que junto con el partido radical islamista forman la única oposición al Gobierno, reclamó sin éxito que no se prohibieran dichos libros y pidió el derecho a la información a los ciudadanos de este país. La película "La Pasión de Cristo", de Mel Gibson, es otro ejemplo de la estricta censura que practica este país del Sudeste Asiático.
El filme, que llegó a las pantallas malasias a mediados del pasado año, fue autorizada para ser visionada solamente por la minoría cristiana, y se anunció que sería detenido todo no cristiano que no cumpliera con tal estricta orden.
Hasta mediados del mes pasado, la comercialización de la Biblia traducida al malayo estaba prohibida. El primer ministro, Abdullah Ahmad Badawi, retiró la prohibición, aunque dejando claro que se permitía dicha traducción siempre que se estampe en la portada el aviso "No apto para musulmanes".De los 23,5 millones de habitantes de Malasia, en torno al 58 por ciento son musulmanes, los budistas representan el 24 por ciento, los hindúes llegan la 8 por ciento y el resto son cristianos o profesan otras creencias.A pesar del informe y de la censura a todo medio de información, Malasia está considerado un Estado islámico moderado.