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Suburbano/Plaza Pública

Miguel Ángel Granados Chapa

CAF se levantó de la lona para noquear. La empresa española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarril había sido despedida desconsideradamente de la licitación para construir y operar el ferrocarril suburbano que enlace a Buenavista en el Distrito Federal con Huehuetoca (Cuautitlán en su primera etapa) en el Estado de México y eso no obstante en su segundo intento logró la adjudicación de la obra.

Implica una inversión de 800 millones de dólares y una concesión con vigencia de treinta años. El diez de junio pasado, al concluir el plazo estipulado por la convocatoria, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes recibió las posturas de dos grupos, integrado uno por CAF, su filial financiera Inversiones de concesiones ferroviarias (ICF), Autobuses Estrella Blanca.

Del otro formaban parte la firma francesa Alstom Transporte, Alstom Transport, Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Grupo Hermes y Controladora de Operaciones de Infraestructura. El 27 de junio fueron abiertas las propuestas y se dio a conocer el dictamen técnico en que CAF resultó descalificada. Se argumentó que no había presentado información requerida por las bases de licitación y había incumplido requisitos de la propia convocatoria. Al quedar como único licitante el consorcio francés, fue conocida su oferta económica y pareció inminente la asignación de la obra en su favor.

De haber prosperado esa posibilidad los usuarios habrían pagado 11.42 centavos (más IVA) por el recorrido de punta a punta. A la postre, la oferta ganadora significará una tarifa menor, de 9.49 pesos (más IVA), diferencia que la empresa dueña ahora de la concesión había hecho notar en el momento de su descalificación.

CAF llegó a inconformarse de manera formal. De inmediato se dio a la tarea de preparar un recurso de revisión, pero sus directivos no ocultaron su sorpresa y su enojo, que encontraron amplia difusión Al parecer, la verdadera causa de la derrota de CAF era que Estrella Blanca había salido a última hora de la sociedad formada para licitar, y en que tenía veinte por ciento de las acciones y la noticia de esa suerte de ruptura había generado perplejidad en la SCT.

Transparencia Mexicana, que mantiene un acuerdo con esa secretaría para atestiguar sus licitaciones, había designado como testigo social en este caso al ingeniero José Manuel Covarrubias, antiguo director de la Facultad de Ingeniería y ex tesorero de la UNAM. El primero de julio Covarrubias propuso declarar desierta la licitación: “En el caso de la evaluación de la única propuesta económica presentada por el grupo encabezado por Alstom, Hermes e ICA, y no habiendo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes emitido el fallo de la licitación, estimo que las inconsistencias financieras y el no apego estricto a las bases son razón suficiente para pensar que la licitación deberá declararse desierta para garantizar así la transparencia del proceso, el apego a las bases de la licitación y la equidad en el trato a los licitantes”.

La SCT no tuvo otro camino que proceder en tal sentido, declaró desierto el concurso (lo que hizo innecesaria la revisión que CAF se disponía a presentar), y semanas después emitió una nueva convocatoria, atendida por las mismas empresas que participaron en la primera.

Entretanto, quizá CAF aclaró la situación de Estrella Blanca, tal como lo expresó al obtener la concesión: anque dejó de poseer el 20 por ciento del capital, explicó Jesús Esnaola, director de proyectos internacionales del grupo español, y quien fue el encargado de enfrentar la primera resolución, la empresa de Salvador Sánchez Alcántara “figura como parte importante de nuestro grupo; está figurando como contratista y no ha perdido su derecho a ser accionista” (Diario/Monitor, 25 de agosto).

El resultado de la licitación original había sorprendido no sólo a CAF sino a cuantos conocen la actuación reciente del grupo Estrella Blanca, que ha tenido buena estrella en este sexenio. Los pasajeros que abordan sus unidades se ven en el caso, a menudo, de ver en los pequeños monitores de los autobuses un video sobre la Fundación Vamos México, proyección que es parte del apoyo de ese consorcio del transporte a la señora Marta Sahagún de Fox. Según reportan Anabel Hernández y Arelí Quintero, en La familia presidencial /cuyo subtítulo resume su contenido: E Gobierno del cambio bajo sospecha de corrupción), “Estrella Blanca ha donado los autobuses que ya no le sirven para que sean utilizados como aulas en sitios de extrema pobreza, los cuales son entregados por la primera dama en ceremonias en las que participan el secretario de Educación, Reyes Tamez y, en su momento, Vicente Fox de la Concha”, que durante un tiempo, antes de convertirse en agente de la BMW en León, ocupó un cargo en la empresa de Sánchez Alcántara. “Hasta el tres de abril de 2003, el grupo Estrella Blanca había donado 103 unidades y pensaba donar 490 más, según dijo Marta Sahagún en un evento de entrega de autobuses. Además, la empresa ha donado a Vamos México más de 23 millones de pesos en efectivo. El vicepresidente de Estrella Blanca, Arturo Sánchez de la Peña, hijo de Sánchez Alcántara, es fundador de Vamos México”.

En sentido contrario, “Estrella Blanca ha obtenido contratos por un monto de 290’ 474, 925 pesos por medio de licitaciones públicas, invitación restringida y hasta adjudicación directa... por servicios de transporte”. La mayor parte de esa cantidad, 234 millones de pesos, deriva de contratos con Gobernación.

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