Avances logrados a favor de las personas discapacitadas, son insuficientes
Aunque se ha logrado un avance considerable, las personas que padecen alguna deficiencia mental aún son víctimas de la discriminación y encierro, consideró Arlina Correa Valles, quien planteó el reto es sensibilizar a la sociedad en general para que los acepten y de ser posible, puedan ser incorporados a una fuente laboral.
La presidenta del Patronato Pro Deficiencia Mental, institución que data desde 1982, añadió que en sus instalaciones ubicadas en la Colonia el Ciprés, atienden 45 alumnos, brindándoles terapias ocupacionales, lenguaje y física, cabe señalar que la mayoría de los alumnos son de escasos recursos económicos.
?Siempre ha sido nuestro trabajo dar a conocer a la sociedad que los deficientes mentales merecen ser tratados como cualquier otro ser humano, que no tienen que estar escondidos en un rincón de su casa. En algunos casos nosotros veíamos que llegaban los alumnos de 15 ó 16 años y era la primera vez que visitaban una institución, entonces significaba que estaban escondidos?, platicó.
Sin embargo, la situación ha mejorado gracias a la propia aceptación de los padres de familia. ?Así nos han dado la oportunidad de decirles que hay personas diferentes a nosotros, eso es todo. Tienen características diferentes y con necesidades distintas, pero sí los podemos capacitar en las áreas en que puedan desempeñarse?, dijo.
La condición en que se encuentran varias personas con deficiencia mental se debe al aislamiento en el que viven, pues una situación de esta índole afecta a los que ?presumen de ser normales?, según estableció la entrevistada.
Por lo tanto, deben convivir con gente que tiene sus mismas inquietudes y problemática, interesarse por sus sentimientos y no desestimar su potencial, pues por mínimo que sea, existe y pueden realizar algunas actividades.
Dijo que hay familias que buscan un lugar en dónde puedan dejar de manera permanente a los deficientes mentales con el afán de que reciban una atención continua, sin embargo, resaltó, son los parientes quienes deben apoyarlos en primera instancia.
La entrevistada, expresó que la edad de los pupilos oscila entre los ocho y hasta los 45 años de edad, los cuales padecen deficiencia mental, lesión cerebral o el Síndrome de Down.
Expresó que aquellos padres de familia que puedan pagar, erogan 50 pesos mensuales, aunque la mayoría de su población no tiene dinero, por lo que quedan exentos de toda cuota. Sin embargo, dada la atención que requieren estos niños y ciudadanos duranguenses, los gastos por cada uno asciende a los cinco mil pesos cada 30 días.
Después de 15 años de estar ubicados en un inmueble del centro histórico, el Patronato abandonó esa casa y al inicio de 1995, ante la crisis que afectó a todo el país, los fundadores tomaron la decisión de cerrar la escuela; sin embargo, participando en los proyectos de coinversión social de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), lograron construir su actual edificio.
Pero aún hay muchas metas por alcanzar. Correa Valles informó que la edificación consiste en cinco etapas y apenas van en la tercera. ?Necesitamos dormitorios, utensilios de cocina para hacerles sus alimentos a los muchachos?, comentó, pues por lo general, los alumnos permanecen más de cuatro horas diarias.
Aunque varios de los alumnos padecen de un problema motriz o bien, convulsiones, hay quienes sí pueden desempeñar alguna labor. Los involucran en los talleres protegidos, tienen un centro de fotocopiado en el cual generan algunos ingresos extras y también, producen tortilla de harina que les compra el DIF para los desayunos escolares, dependencia que también beca a los alumnos para que gocen de un transporte especial.
CONSEJOS
Lo mejor es aceptar la realidad
-Los padres que reciben a un bebé que tiene capacidades diferentes, pueden tener reacciones negativas, que dificultan su aceptación.
-Inclusive se erigen en obstáculos para la relación con el propio médico.
-Estas actitudes suelen ser pasajeras y con la compresión de un grupo terapéutico y el manejo de información adecuada, pueden ser superadas.
-Negación, enojo y frustración, autocompasión y depresión, son tan sólo algunas de las reacciones mostradas por los progenitores que atraviesan esta situación.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.