Talleres protegidos del DIF proporcionan actividad e ingresos para los menores
Nacidos en hogares que atraviesan muchas carencias, varios niños duranguenses se ven en la necesidad de dejar a un lado los estudios y los juegos para contribuir con los gastos de su familia y se ponen a trabajar. Pero hay quienes encuentran en los Talleres Protegidos del DIF Municipal una opción distinta de empleo, lejos de los peligrosos cruceros o de las tentaciones de los vicios en la calle.
Tienen varias opciones para desempeñarse: carpintería, panadería, elaboración de macetas o piñatas. Cada uno disfruta la oportunidad de aprender el oficio que desee, aunque si por determinada actividad la producción de algún taller se sobrecarga, todos los infantes deben colaborar para cumplir con la misión encomendada.
?Pos yo limpiaba carros en las calles, tengo cuatro hermanos y mis papás se dedican a la jardinería. Mi hermano el mayor tiene 19 años y trabaja en un aserradero; por eso se sube a la sierra?, platicó Juan Manuel Rojas Montelongo, mientras efectuaba su jornada laboral en la panadería.
Se trata de un niño de apenas 13 años que tiene ganas de salir adelante mediante su trabajo. ?Cuando tenía diez años me fui a limpiar los carros, me ganaba como 50 pesos al día y le daba a mis papás para que compraran la comida?, estableció para después señalar que un promotor del DIF Municipal lo invitó a integrarse a los talleres.
También en la panadería, Héctor Gerardo Retana Hernández platicó que ayudaba a su papá en su oficio de bolero desde los cinco años de edad, hasta que una trabajadora social se acercó a ellos y les dijo sobre la posibilidad de cambiar de actividad.
?Pues tengo como tres meses aquí, me siento bien, por lo menos hay que hacer algo. Pues la verdad no estudio pero sí me gustaría seguirle, me quede hasta sexto de primaria?, comentó para después decir que labora desde las 8:30 hasta las 13:00 horas. En la tarde le ayuda a su padre y en algunas ocasiones también se va a jugar con sus amigos.
Por su parte, el encargado del taller, Salvador Soto González, informó que en la actualidad son 12 niños los que trabajan en tres turnos. Y aunque hace tiempo sí vendían toda clase de pan, ahora se enfocan a la elaboración de la galleta que se reparte en los desayunos escolares; por lo tanto, su producción alcanza las 15 mil piezas diarias.
Dado que esta actividad requiere de mayor concentración, los pequeños deben ser mayores de 12 años de edad, explicó el maestro, quien también expresó que se crea un lazo un especial con los aprendices, pues son infantes que requieren mucha atención y encuentran en sus maestros un apoyo.
Quien de igual forma contribuye con el gasto familiar es Jazmín Lucero González Bautista, de 11 años de edad, pero ella prefiere hacer piñatas. ?Mi mamá es ama de casa y mi padrastro es albañil. Ya había trabajado vendiendo pan, pero me pagaban un peso por cada bolsa que vendiera y andaba de casa en casa, era muy cansado?, indicó.
Por eso, en cuanto tuvo oportunidad, se incorporó a esta fuente de empleo, con la que, dice, puede pagar ?sus deudas?, ya que se compra ropa o zapatos; asimismo, solventa su transporte y los egresos generados de su escuela.
?Tengo como un mes aquí y estos muy contenta, desde que estaba chiquita me gustaba hacer piñatas?, exteriorizó Jazmín, cuya meta es convertirse en una excelente doctora.
DATOS
Pequeños obreros
En los Talleres Protegidos del DIF Municipal los niños aprenden algún oficio.
30 menores laboran a la fecha
30 pesos diarios reciben por su trabajo
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
