La sala de la casa marcada con el número 221 de la calle Cuauhtémoc, entre Matamoros y Juárez, de Lerdo, Durango, se vino abajo la madrugada de ayer debido a que los adobes se remojaron con las recientes lluvias y no pudieron más con el techo de madera y tierra. Pablo Enríquez Rangel, propietario de la vivienda, dijo que salvo las pérdidas materiales, no hubo desgracias que lamentar dado que se encontraban en la recámara cuando la sala se derrumbó.