RÍO DE JANEIRO, (Reuters).- La crisis política que sacude a Brasil tuvo una derivación inesperada, al convertir en signo del mal, en la mente de su autor, un inicialmente simpático muñeco de peluche que representa al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
"Parece más asustador de lo que era en el comienzo, de un muñeco, de un osito más ingenuo, él recuerda un poco a 'Chucky', el muñeco asesino que parece que vino a destruir y para hacer un infierno la vida a todo el mundo", dijo a Reuters el autor de "Luladepeluche", el artista plástico Raul Mourao.
El muñeco de 50 centímetros de estatura muestra a un Lula con traje azul oscuro, camisa blanca y corbata roja, color del Partido de los Trabajadores (PT) del presidente, y le falta el meñique izquierdo como al mandatario, que lo perdió en un accidente de trabajo cuando era obrero metalúrgico.
Mourao cuenta que la primera idea de realizar el muñeco lo asaltó cuando Lula, un ex líder sindical, asumió el poder en enero del 2003, en medio de gran fervor popular y despertando enormes esperanzas de cambios entre la población.
"En aquel momento había un deslumbramiento de la población, de la militancia del PT, incluso de la prensa una adhesión exagerada, y eso me incomodaba un poco, como que Lula fuera a resolver todo: llegó el salvador de la patria", dijo el artista.
"Entonces 'Luladepeluche' es un muñeco que sería entregado a militantes para que durmieran agarrándolo y lo dejaran (al presidente) trabajar en paz", agregó.
Sin embargo, la crisis que sacudió el gobierno de Lula por revelaciones de financiamiento irregular de campañas políticas por el PT y denuncias de corrupción en empresas estatales cambió el mensaje inicial del muñeco .
"Estaba hablando de esa adoración 'Lula paz y amor'. Era un muñeco del bien, con el escándalo de la corrupción, las denuncias sufrió esas modificaciones y parece más asustador", dijo el artista, quien reconoció, no obstante, que la fisonomía del "Luladepeluche" no cambió.
La obra de Mourao, con quien colaboraron otros artistas, comenzó a exhibirse en una galería de arte de Río de Janeiro, donde una pared está cubierta con más de un centenar de regordetes muñecos.
Mourao proyecta una gira de la muestra y la venta de los muñecos, que tienen una edición limitada de poco más de 100 ejemplares, confeccionados en una pequeña fábrica de juguetes a partir del diseño original.
Un "Luladepeche" simple cuesta mil reales, unos 450 dólares, mientras que diez cajas de madera cubiertas con un vidrio y con un ejemplar cada una, valen cinco mil 400 reales.
Otra caja alargada con diez muñecos, algunos cabeza abajo, vale 15 mil reales.
Y el artista plástico ya tiene otras "ideas" con el mandatario en mente, como un "Luladejardín", que, espera, reproducirá en cerámica al mandatario "vestido de jugador de futbol".