A tres días de las elecciones, el partido en el poder en el Reino Unido redobla esfuerzos para concienciar a sus votantes, ante el temor del veto por la pasada guerra en Irak.
Londres, (EFE).- El Partido Laborista británico apeló hoy al voto útil para evitar que aumente el apoyo a los liberal demócratas en las elecciones del próximo jueves, mientras la oposición trata de aprovechar al máximo su flanco débil de Irak.
El primer ministro, Tony Blair, y su titular de Economía Gordon Brown, inseparables toda la campaña, volvieron hoy a avisar a los desilusionados simpatizantes laboristas de que votar a los liberal demócratas -el único partido que se opuso a la guerra de Irak- es permitir la entrada de los conservadores "por la puerta trasera".
"Hay tres formas de que sea elegido un diputado 'tory'. Una es votar a los 'tories', otra es quedarse en casa y otra es votar a los liberal demócratas", indicó Tony Blair.
Si un diez por ciento de sus tradicionales votantes no van a las urnas el 5 de mayo, el partido en el poder puede perder en beneficio de los conservadores, advierte en un cartel presentado hoy.
Los laboristas tratan de asustar con el "fantasma" de los "tories" de Michael Howard, con mucha peor imagen entre sus votantes tradicionales que los liberal demócratas de Charles Kennedy, aupados por su rechazo a la impopular invasión de Irak.
"Le pido a los británicos que no permitan el regreso de Michael Howard, ni por la puerta delantera, ni por la trasera", afirmó hoy Brown, quien ha arropado como nunca a Blair en esta campaña.
El líder de la Cámara de los Comunes, Peter Hain, llegó a comparar al dirigente liberal demócrata Charles Kennedy con Ralph Nader, el ecologista estadounidense al que los demócratas acusan de haber permitido en 2000 la primera victoria de George W. Bush.
"Sería una tremenda ironía si los votantes progresistas que están disgustados por Irak cometiesen el mismo error que los progresistas estadounidenses en 2000, que llevó por primera vez al poder a George Bush", dijo Hain, de la "vieja guardia" del Laborismo.
A sólo tres días de las elecciones, el partido en el poder en el Reino Unido está redoblando sus esfuerzos para concienciar a sus tradicionales votantes, ante la posibilidad de una "sangría" de votos si se quedan en casa o apoyan a los liberal demócratas.
Charles Kennedy, que sabe que tiene en la mano un resultado histórico para su partido, calificó hoy de "estupidez" el "mantra" de los laboristas, repetido en los últimos días hasta la saciedad.
"Votar a los liberal demócratas significa votar a los liberal demócratas", señaló Kennedy, quien se comprometió a "frenar" el poder de Tony Blair si su formación avanza en las elecciones, como prevén las encuestas.
Charles Kennedy aseguró que "nuestra oposición a la guerra de Irak es importante para la gente" y recordó también que los "tories" apoyaron la invasión lanzada por el Gobierno laborista.
Los líderes de los tres principales partidos dedicaron la jornada de este lunes a luchar por algunas de las circunscripciones que tuvieron resultados reñidos en 2001, como Wimbledon, al sudeste de Londres (ganado por los laboristas por menos de 4.000 votos).
En los comicios de hace cuatro años, los segundos que ganó Blair por mayoría absoluta, el nivel de participación fue del 59,3 por ciento, el más bajo del siglo pero mayor del que se espera para los comicios de este jueves.
"No hay que dar nada por seguro; a menos que la gente salga y vote por los laboristas, se levantarán el día 6 con un Gobierno 'tory' y eso sería un desastre para este país", afirmó Blair en un mitin, arengando a sus simpatizantes para que voten masivamente.
Por su parte, uno de los más aludidos de la jornada, el conservador Michael Howard, acusó al primer ministro de estar llevando a cabo una campaña negativa, al dedicarse a atacarle a él en lugar de defender su programa, y aseguró que se siente "muy confiado" sobre el resultado de las elecciones.
Ello pese a que las encuestas señalan que este jueves volverán a ganar los laboristas, si bien con porcentajes más reñidos que en 1997 y 2001, cuando Tony Blair consiguió dos abultadas mayorías absolutas.