EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El temor infundido por varios miembros de la familia Cueto Guerrero del ejido La Unión que por más de tres años han amenazado con matarlo, obligaron a Agustín Reyes Medina a interponer formal denuncia en su contra, toda vez que uno de ellos ya dio muerte a una persona.
Convocados por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en Materia Penal, ayer por la mañana se presentó el afectado que se careó con Blas, Martha y Refugio, todos de la familia Cueto Guerrero quienes desde marzo de 2002 lo han estado acosando.
De acuerdo a los datos recabados en el citado tribunal, Reyes Medina es propietario de una finca localizada en el poblado en mención, en cuyo exterior se cometió un homicidio hace más de tres años y donde el responsable es Lorenzo Cueto Guerrero, quien ultimó a golpes a su cuñado Pablo Mireles Cisneros.
Lorenzo, agobiado por los remordimientos y sentimientos de culpa, se entregó a las autoridades meses después continuando así el proceso penal que en su contra tenía, toda vez que ya pendía sobre él, una orden de aprehensión por el delito de homicidio simple doloso.
El caso concluyó e incluso familiares del inculpado le otorgaron el perdón, pero desde entonces Agustín es objeto de continuas amenazas e injurias de parte de la familia Cueto Guerrero, que han manifestado su deseo de quitarle la vida, quedando esto asentado, incluso en sus declaraciones de anteriores audiencias.
El temor de que cumplan con sus amenazas que lo afecten a él o su familia, obligó a Reyes Medina a interponer su denuncia, misma que ya se ventila en el Juzgado Tercero Penal, donde se dará a conocer el fallo.
Antecedentes
La madrugada del 24 de marzo de 2002, tras haber ingerido bebidas embriagantes durante gran parte de la noche anterior, salieron del negocio denominado Billares Karla, ubicado en el ejido La Unión, Lorenzo Cueto Guerrero y su cuñado Pablo Mireles Cisneros, en compañía de otros amigos.
Cuando se dirigían a sus respectivos domicilios, Pablo abrió una bolsa de papas fritas y comenzó a comerlas y fue entonces que su cuñado Lorenzo le pidió que lo convidara, lo que le fue negado y furioso por esto comenzó a insultarlo.
Pablo no se quedó callado y respondió a los improperios de su hermano político y en cuestión de segundos se estaban liando a golpes, pero la fortaleza de Lorenzo fue superior y terminó por derribar a su contrincante. Una vez en el suelo, Pablo recibió una andanada de puntapiés en rostro y cabeza que en pocos minutos terminaron con su vida.
