Demandan ayuda inmediata para 1.5 millones de infantes afectados
AGENCIAS
GINEBRA, SUIZA.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) advirtió ayer sobre la posibilidad de que la catástrofe en el sur de Asia incremente el riesgo de convertir a los niños huérfanos en blanco de traficantes.
La experiencia ha mostrado que ese peligro aumenta en situaciones de crisis, cuando hay movimientos de población y el medio de protección infantil desaparece, alertó Marc Vergara, portavoz de la organización internacional con sede en Ginebra.
Aunque hasta el momento se confirmaron pocos casos de tráfico de menores, la Unicef señala que la región es la más amenazada por las redes que tratan de explotar a los niños con fines de esclavitud, prostitución, adopciones a alto precio o reclutamiento paramilitar.
De acuerdo con analistas, la alta tasa demográfica, la pobreza y la facilidad para atravesar las fronteras convirtieron a Asia en un terreno favorable para el comercio infantil.
Por tales razones, en las zonas afectadas la Unicef abrió refugios para proteger a los niños y todavía trata de identificarlos o de encontrar a sus familias.
Según sus estimaciones, millón y medio de niños y adolescentes que padecen las consecuencias del cataclismo en el sudeste asiático constituyen la denominada “generación tsunami”, ya que sufrirán durante años las secuelas.
El organismo teme que la población infantil haya sufrido de manera desproporcionada por el cataclismo que ha dejado hasta el momento cerca de 140 mil muertos, tanto por los dos seísmos registrados en el Océano Índico el pasado 26 de diciembre de magnitudes nueve y 7.5 grados en la escala abierta de Richter como por el posterior maremoto que afectó las costas de una docena de países ribereños.
Por su parte, la directora ejecutiva, Carol Bellamy, advirtió pocos días después del cataclismo sobre la probabilidad de que miles de niños resultaran separados de sus padres y familiares y por ello, reclamó una atención prioritaria.
Bellamy señaló en un comunicado las “cuatro grandes medidas básicas para darle una oportunidad a ese devastada generación tsunami” para que pueden sobrevivir lo mejor posible.
Esas medidas incluyen agua potable, alimentos y atención médica; la reunificación con sus familiares o comunidades de origen; la prevención contra cualquier tipo de explotación y por último su urgente reintegración en la escuela y tratamiento especial para evitar que sufran traumatismos.
La responsable de este organismo internacional, que se encuentra actualmente de gira por la región afectada, indicó en un comunicado que más de una semana después del cataclismo “cada día que pasa es ahora crítico” para atender las necesidades de la población infantil.
CENTROS DE ACOPIO EN COAHUILA
El Gobierno de Coahuila, conjuntamente con la Coordinación General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, abrió diversos centros de acopio para la recepción de artículos y productos que se harán llegar a las familias damnificadas por el temblor y maremoto registrado en días pasados en Asia.
En la Comarca Lagunera fue designada la señora Virginia Lozano de la Torre, como la encargada del centro de acopio ubicado en calle Diagonal de las Fuentes número 111, de al colonia Las Fuentes, con teléfono 01 871 732 09 66, donde todos los interesados podrán realizar sus aportaciones.
REGRESAN TESTIGOS MEXICANOS
Una pareja de mexicanos recién casados, que pretendía pasar varios días de su luna de miel en las playas de Tailandia, llegó ayer a México tras ser testigos de la catástrofe causada por el maremoto del pasado día 26 en el sudeste asiático.
Alejandro Fonseca y Xiomara Paredes arribaron al aeropuerto de la capital mexicana, tras pasar varios días como turistas en la zona afectada.
Explicaron que gracias a que cambiaron a última hora su programa de viaje se salvaron, aunque fueron testigos de la tragedia que ha dejado unos 150 mil muertos en varios países del sudeste asiático.
Según la Cancillería mexicana, un total de 48 mexicanos habían sido ubicados en Tailandia tras el maremoto, aunque cinco seguían desaparecidos, mientras que un niño de ocho años que se encontraba en Sri Lanka es el primer muerto mexicano confirmado.
