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MADRID, ESPAÑA.- Las dos Fridas, la obra que representa institucionalmente a México en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo en Madrid, está dando mucho de qué hablar. Pero no sólo por razones estéticas.
Por diversos motivos, críticos, artistas y curadores mexicanos han manifestado una posición adversa a la presencia de esta obra. Las principales: la poca seguridad que parece rodearla en ARCO y "su delicado estado de salud".
Valorada en diez millones de dólares, la obra ocupa su lugar en un lugar de una de las esquinas del pabellón siete del parque ferial Juan Carlos I y está resguardada, según explicó Luis Martín Lozano, director del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, "por un cristal blindado de más de 100 kilos que cumple con las condiciones de seguridad habituales". Sin embargo, cabe mencionar que el año pasado fueron robadas unas tazas pintadas por Pablo Picasso y un dibujo del artista catalán Joan Miró, por lo que la feria podría considerarse un lugar que no es completamente seguro para obras de esta magnitud.
El cuadro es la obra de mayor formato que pintó la artista, y según explicó Martín Lozano, este año realizará un "viaje coyuntural" por otros dos países, además de España: "va a Viena a una exposición de arte moderno mexicano y luego a Londres a una gran retrospectiva de la Tate Gallery". Según el director, el museo ha sido muy precavido en cuanto al manejo de la obra. "Es un cuadro cuyo préstamo estudiamos con mucho cuidado. De hecho, los préstamos se hacen cada dos años".
Sin embargo, hay quienes piensan que el cuadro ha sido "sobreexpuesto" y que, además, los continuos viajes lo han deteriorado. Francisco Reyes Palma, investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas de México, opinó ayer que "es el más sobreexpuesto de la historia del arte en México. Ha viajado tanto, que hay un problema de responsabilidad patrimonial tremendo porque siempre ha sufrido pequeños deterioros y golpes, tantos que lo que se ve es una pérdida de la materia original. Así que en Las dos Fridas, en breve nos vamos a tener que resignar a ver la obra como un reto a la capacidad de los restauradores para mantenerlo como un original".
Para el investigador, lo único que está haciendo el gobierno mexicano al traer este cuadro a ARCO es "seguir con una política del ?espectáculo Frida? más que valorar como se debe una obra y a una artista de la talla de Frida Kahlo. El problema de fondo, entonces, es que no hay ningún respeto institucional por la pintora".
Reyes Palma puntualizó que lo que debería promover el gobierno mexicano es "que la obra sea visitada en México como pasa con las obras patrimoniales de los otros países. En realidad, ningún museo presta de esa manera su obra más emblemática".