FRANCISCO I. MADERO, COAH.- El alcalde, José Luis Marrufo Álvarez, ya se va y nunca hizo nada en la colonia Solidaridad, donde es indispensable la introducción de la pavimentación y el drenaje en un área de esta unidad habitacional, pero donde la drogadicción va en aumento.
Se localiza en la periferia de la cabecera municipal donde viven cerca de 500 personas, que habitan en viviendas de adobe que se pierden entre la tierra suelta de sus calles.
Es de comprender el malestar de los conductores porque por la falta de asfalto, se ven obligados a transitar entre múltiples pozos que ocasionan descomposturas en sus unidades. Sobre todo en el área de la suspensión.
Al caminar entre la tierra suelta y los hoyos, la gente no puede evitar empolvar sus zapatos y la mitad de sus pantalones. Así vive la gente de esta colonia que como dice la señora Teresa Castañeda, ?comemos nuestros alimentos con tierra, que luego escupimos?.
Antonia Santos es una joven ama de casa que se muestra preocupada por la proliferación de la droga en el sector, además de las constantes riñas que protagonizan jóvenes pandilleros en la zona.
Según dice, los vendedores de cocaína, entran y salen de la colonia como si estuvieran en su casa, pues ya son muchos los jóvenes que tienen como clientes y a su favor se encuentra el hecho de que la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), nunca la visitan.
Además los padres de familia de esta colonia, también creen que la falta de rondines se debe a que no hay pavimentación y son muchas las arterias por donde apenas pueden pasar los vehículos, pues además de que están desniveladas, presentan diversos hundimientos, que la gente trata de llenar con desperdicios, pedazos de ladrillo, block, escombro en general.
Las señoras temen que pronto los menores aprendan sólo lo malo y que quieran ser cómo los jóvenes que venden droga y que por tal motivo, sí progresan económicamente. Creen que el alcalde Marrufo Álvarez dejó continuar este problema, ?porque aquí se dice que él es uno de los principales proveedores?.
Ante esta situación, la mayoría de las familias prefiere que los infantes pasen las tardes en el interior de las casas, para así evitar el contacto con los adictos y jóvenes pandilleros que, con frecuencia, se enfrentan.
Las calles son de tierra que se levanta con el paso de las bicicletas y los carros. Las viviendas están cubiertas por el polvo y la suciedad. Los vecinos señalan que sólo algunas arterias cuentan con drenaje, con lo que se benefician unas pocas personas, las demás tienen que improvisar pozos de acuerdo a sus necesidades.
Sara Trejo otra vecina, considera muy difícil que el alcalde entrante atienda la petición de pavimentación, pues ?siempre prometen y no cumplen, más ahora que dicen que el nuevo presidente es pariente de Marrufo, quien nada más pavimentó alrededor de su negocio?.
La mujer se muestra decepcionada de la Administración del munícipe, José Luis Marrufo Álvarez, quien no hizo nada por Chávez y sólo se enriqueció a sí mismo.