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Terry Schiavo/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“No hay libertad para el hombre mientras no supere el temor a la muerte.”

Albert Camus

NUEVA YORK.- Su nombre es Terry Schiavo. Tiene 41 años de edad. Desde hace 15 años vive en estado vegetativo después de haber tenido un problema cardiaco. Se la ha mantenido viva desde entonces alimentándola a través de una sonda.

Su esposo hace ya mucho tiempo que ha pedido que, por compasión, se le desconecte el tubo para dejarla morir con dignidad. Los padres se oponen ya que consideran que ella tiene conciencia y vida.

El caso ha sido ventilado en los tribunales de Florida desde hace años. Finalmente el viernes pasado, el 18 de marzo, un juez estatal ordenó que se desconecte el tubo alimentador. Pero el Congreso federal emitió el fin de semana una Ley -firmada de inmediato por el presidente Bush, que regresó para ello a Washington desde su rancho en Texas donde se preparaba para la cumbre de Norteamérica- ordenando la intervención en el caso de un juez federal. Éste ratificó ayer el fallo del juez de Florida.

Muchos legisladores cuestionan la constitucionalidad de la Ley que se emitió en este caso. Ciertamente se trata de una iniciativa dedicada solamente a una persona y que implica una intervención del Congreso en un asunto que debería ser decisión de la familia. Pero Schiavo se ha convertido en una causa célebre para los políticos conservadores de los Estados Unidos, los cuales consideran que nunca se debe poner fin a una vida humana, aun cuando sea en el caso de una mujer que ha vivido en estado vegetativo durante 15 años.

Este tipo de dilema moral no existía, por supuesto, hace unas cuantas décadas. Los avances de la ciencia médica han permitido la supervivencia de gente que en otras épocas habría fallecido. Sólo hoy se puede mantener a una persona viva, aun cuando permanezca en estado vegetativo, durante 15 años.

La gran pregunta es si tiene algún sentido mantener viva a una mujer en esas condiciones y por tiempo indefinido. No hay ninguna posibilidad de que, después de 15 años, Schiavo pueda recuperarse de su actual condición y recobrar la conciencia. No hay posibilidades de que pueda llegar a moverse por sí misma otra vez. Por otra parte, no hay ninguna razón para pensar que pueda morir pronto. Fuera de su estado vegetativo persistente, no padece ninguna enfermedad. Si se le sigue alimentando a través de la sonda, podría permanecer viva durante décadas.

Pero cabe preguntarse si esto no es más que un acto de tortura. En este caso en particular no parece haber dolor, como es tan común en pacientes terminales que son mantenidos vivos a través de intervenciones de la ciencia médica. Pero el simple hecho de conservar a esta mujer viva, en estado vegetativo, sin esperanzas de recuperación, parece cuestionable desde un punto de vista ético.

Para el presidente Bush y los grupos conservadores estadounidenses el caso no tiene ninguna dificultad. Terry Schiavo debe ser mantenida viva, independientemente de la calidad de su existencia, porque la vida es sagrada y sólo a Dios le toca terminarla. Si se acepta que se provoque la muerte de esta mujer retirándole el alimento que ella no puede proveerse por sí misma, se abriría el camino al homicidio eugenésico de ancianos o enfermos.

Para los grupos liberales que apoyan al esposo en su intento de años por retirar el tubo de alimentación, la paciente debe tener, por el contrario, el derecho de morir con dignidad. La propia Schiavo aparentemente expresó durante su vida que no quería ser mantenida viva de manera artificial, pero el mensaje no lo dejó por escrito por lo que no ha tenido hasta ahora validez legal.

Debe haber, sin embargo, un punto medio entre la matanza eugenésica de miles de ancianos y enfermos que prevén los conservadores y la aparente tortura en el caso de Terry Schiavo y en el de muchos otros pacientes terminales o en estado vegetativo. Es difícil pensar que personas que deberían tener amor por ella, como sus propios padres, insistan en mantenerla viva en condiciones como las que tiene. Ciertamente yo nunca sometería a un hijo mío a ese trato. Hay detrás de esta posición un fanatismo religioso que a mí me cuesta trabajo comprender.

El caso de Terry Schiavo tiene profundas implicaciones legales y éticas. Los mexicanos no podemos cerrar los ojos ante él porque también en nuestro país se mantiene la vida por medios artificiales. Debemos saber, por lo tanto, en qué situaciones es correcto mantener a un paciente con vida y cuándo no lo es.

CON DIGNIDAD

Lo dejo por escrito para que no haya duda. No me interesa en lo personal que se me mantenga vivo por medios artificiales. Cuando llegue el momento quiero morir con rapidez y dignidad. Que los médicos y los sacerdotes jueguen con alguien más. Yo prefiero la muerte a ser torturado por la ciencia médica.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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