Los tiempos de la agenda legislativa federal son definitorios para la acción de todo Gobierno. El periodo extraordinario que comenzó el lunes es la última oportunidad de la actual Legislatura para que las cámaras analicen y legislen sobre los temas nacionales, sin estar supeditados a las urgencias partidistas que les impondrá la campaña para los comicios de 2006.
El tiempo político de la actual Legislatura transcurre sin mayores noticias, bajo los tranquilizantes efectos de un auge inusitado en los precios del petróleo. El lunes la mezcla mexicana alcanzó una cotización de 46.60 dólares por barril, lo que equivale a un precio 72.6 por ciento por encima del cálculo presupuestado para 2005. El Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos de la Federación para 2005 establecieron un precio promedio de 27 dólares por barril.
Ese ingreso extraordinario traerá a futuro un efecto de presiones inflacionarias nocivas, las cuales ameritan que desde ahora las autoridades apliquen un programa económico avanzado para la estabilidad de los precios, en defensa de los salarios y del ahorro popular. Resulta cíclico el fenómeno de encontrar a los países petroleros sin dinero y endeudados al pasar las temporadas de bonanza .
México tiene lo necesario para trascender el modelo económico de altos ingresos transitorios sostenidos por las exportaciones petroleras y las remesas enviadas por los mexicanos en el exterior. Este es el momento en el que México puede reorganizar su estrategia para mejorar sus cuentas, aprovechando el respiro financiero que las rentas petroleras ofrecen a la hacienda pública.
La proyección de precios petroleros altos en el mercado internacional no parece que vaya a disminuir. Pero ello no debe llevar a México a un exceso de confianza financiera y a cometer el error de colocar su futuro en la ruleta del mercado petrolero internacional. La revisión del modelo económico que se aplica en México desde 1982, con leves variantes, se ha vuelto indispensable, ya para confirmar sus aciertos como para medir el impacto de los desequilibrios que ha causado.
El sector agropecuario, el industrial y la reconstrucción del sistema financiero pueden ser vistos como las metas prioritarias para el desarrollo del país o como los objetivos de desarrollo inalcanzables, y todo ello se decidirá según el tiempo que se deje pasar. Las rentas del petróleo que no se siembren en la reconstrucción del aparato productivo nacional terminarán siendo usadas en gasto corriente y al final serán el borroso recuerdo de una riqueza que se evaporó sin generar riqueza.
El ejemplo del manejo efímero de las rentas del petróleo se puede ver en los estados petroleros del sureste, como Tabasco, Chiapas, Campeche y Veracruz, que han venido aumentando su flujo de trabajadores rurales sin empleo emigrando hacia el mercado laboral de Estados Unidos, mientras su sector agropecuario se desintegra. En medio de ese fenómeno se ha tratado de subsanar el espacio legítimo del desarrollo regional con una falacia distractora llamada Plan Puebla-Panamá.
Un detallado análisis de Marta Durán de Huerta sobre la situación política de Arabia Saudita nos permite visualizar la volatilidad que podrían alcanzar los precios petroleros, si se examinan las cambiantes condiciones político-militares del Oriente Medio. (Apro, 13 de junio de 2005, “Inestabilidad en la casa real saudita; inquietud de Estados Unidos”). El reciente ingreso de emergencia del rey Fahd a un hospital puso nerviosos a los mercados. Y no es para menos, el monarca es quien decide la plataforma de producción del país con los yacimientos más grandes del planeta.
Como dato interesante, en Arabia Saudita aparece registrada en La Meca la visita de una delegación de musulmanes de San Juan Chamula, Chiapas, financiada con fondos sauditas.
Valorar los efectos que estas alzas del precio del petróleo significarán para la salud económica de México es asunto de importancia. Para Europa tendrán un efecto adverso, por el ajuste cambiario que sufrió el euro recientemente, lo que encarecerá su factura de importaciones petroleras.
En cambio, para EU será más fácil de asimilar esta alza porque mantiene una tasa de crecimiento con control de la inflación. Las metas para México están claras a la luz del impacto petrolero: crecimiento, control de la inflación y reconstrucción de su estructura productiva.