EFE
St. Andrews, Escocia.- Tiger Woods, líder mundial y favorito en St. Andrews para ganar el Abierto Británico, dio su primer zarpazo (66 golpes) para colocarse en cabeza del torneo, el tercero de Grand Slam del año.
Tiger aventaja en un golpe al australiano Mark Hensby, y en dos a un grupo de diez jugadores entre los que se encuentra el español José María Olazábal (68 golpes).
La familia del deportista mejor pagado del mundo respira ya más tranquila. Tiger (29 años y nueve Grandes en su palmarés) es el líder, tras mejorar en un golpe la primera anotación del único Abierto Británico de su palmarés, ganado hace cinco años en este mismo links.
Además, la angustia de Tiger por su madre Cultida ya pasó, después de que viviese de cerca, en un edificio en la acera contraria, el estallido de la bomba en el autobús londinense, unos atentados que ayer fueron rechazados en St. Andrews con dos minutos de silencio. A las 12:00 horas hubo un parón y se hizo un silencio total. Tiger tuvo que detener su recital durante dos minutos. Fue justo el tiempo que duró el silencio que dejó mudo un abarrotado St. Andrews (30,000 espectadores) en memoria de las víctimas de los atentados en Londres. Fue un silencio completo, estremecedor.
Solamente acompañado por el tintineo de las banderas a media asta contra sus mástiles de hierro y el graznido de las gaviotas aprovechando la pasividad para picotear las migajas en las zonas de abastecimiento repartidas por el campo. El homenaje se produjo en un típico día de verano.
en el litoral escocés.
Bien aprovechado por Tiger y también por los cuatro españoles, pues acabaron bajo par y ello alienta la esperanza.
Olazábal fue el mejor con 68 golpes, Miguel Ángel Jiménez y Sergio García hicieron 69 e Ignacio Garrido concluyó con 71.
El viento se presentó en St. Andrews y empujó a Olazábal. Después acompañó el sol y Garrido desterró algunos fantasmas que le han agarrotado los últimos tres años. Más tarde también llovió con fuerza, y en esas condiciones fue García el que se arrugó, pues estropeó su -5 a partir del hoyo 12.
Con la vuelta al ruido y al juego, los golpes de Olazábal fueron también de los más compactos. El vasco, que se desenvuelve con soltura frente al viento, acabó sin errores, sólo cayó en uno de los temidos bunkers y embocó cuatro birdies.
?He acabado con una sonrisa?, admitió un Olazábal que acudió este año a St. Andrews algo desconfiado y de rebote -Ballesteros renunció y su lugar lo ocupó el de Fuenterrabía por puesto mundial.
García, uno de los candidatos al título, mostraba un semblante distinto. ?La aparición de la lluvia me perjudicó. Cambió la velocidad de los greens y me desconcertó?.
Empujado el vasco, arrugado García, la verdad es que el viento no dejó de soplar, y con ímpetu como para que los caza-autógrafos tuvieran que asir con fuerza los billetes de cinco libras con el rostro de Jack Nicklaus al paso de este mítico golfista que podría jubilarse hoy, el día del corte, a tenor de sus 75 golpes.
La figura de Nicklaus, que mueve estos días más titulares en la prensa que el propio Tiger, produjo también un gran alboroto. Decenas de cazarrecompensas pretendían que el Oso Dorado les firmase el billete, su billete de cinco libras, el más buscado en Escocia, que brazo en alto flameaban al viento.
Nicklaus se fue hasta los 75 golpes igual que Tom Watson, ayer también su compañero de partido al uso de aquel mítico Duelo al Sol entre ambos en el Abierto de 1977 que ganó este último en Turnberry.
Al margen del excelente trabajo tardío de Hensby, el más cercano a Tiger, la tercera plaza aparece repleta de jugadores -hasta diez- entre los que figuran además de Olazábal los significativos Goosen y Luke Donald.
Del grupo de candidatos, el sudafricano Ernie Els y el estadounidense Phil Mickelson demostraron que con sus 74 golpes el título se les aleja muy pronto en el horizonte.