El País
MADRID, ESPAÑA.- La gigantesca figura de Tim Robbins se paseaba el miércoles por Madrid con un sombrero negro, gafas ahumadas y un reproductor de música en el bolsillo. El actor estadounidense presentó La Vida Secreta de las Palabras (The Secret Life of Words), con la actriz Sarah Polley y la directora Isabel Coixet.
Robbins habló de cine (?necesitaba un personaje así, un hombre con miedo, herido, pero con algo de esperanza?) y también de lo que él llama -?detesto la palabra política?- cuestiones humanas. ?La estrategia de la derecha siempre es la misma, callar a los demás?, dijo.
?Me gusta decir mi opinión sobre las cosas?, señaló el miércoles Tim Robbins. ?Lo prefiero a hablar de zapatos o de la ropa que llevo puesta. No me considero una persona especialmente comprometida desde un punto de vista político. Mi compromiso es como narrador, y como actor. Y desde ahí me pronuncio?.
El actor y director explicó el miércoles que su último proyecto, Embedded /Live (Empotrados), una sátira sobre la guerra de Irak que primero llevó al teatro y que ahora ha convertido en película, no tiene distribución en su país.
?Es complejo intentar explicar la situación. Yo no soy víctima de nada, no me quejo, me considero un privilegiado. Vivo en Nueva York y cuando salgo a la calle no me siento incómodo o mal. Al contrario. Ese aire de marginalidad, de voz cantante de una minoría, es algo creado por ciertos frentes mediáticos a los que les interesa crear esa sensación.
?Mi última película no se venderá en ninguna cadena comercial, no tiene distribución. Sólo se ha emitido en alguna televisión y ahora por Internet. Tampoco ha salido una sola crítica sobre ella. Nada. Silencio absoluto. He tenido absoluta libertad para hacerla. No hay censura explícita. Tampoco existen listas negras. Pero lo que es cierto es que la derecha lleva años desarrollando su eterna estrategia: callar y aislar a los demás.
?Es su manera de hacernos creer a todos que somos una minoría, que somos unos pocos, cuando lo cierto es que la minoría, poderosa y rica, pero minoría, son ellos. El resto somos la mayoría y sería imperdonable dejarse intimidar y permanecer inmóviles?.
?Soy una persona muy pesimista?, confiesa la directora Isabel Coixet, ?pero con mucho sentido del humor. Hasta en las situaciones más trágicas encuentro algo divertido. Es algo extraño?. ?Isabel ha cambiado mi perspectiva de este trabajo?, explicó Sarah Polley, ?ha logrado que no me sienta observada al actuar. Ella crea un ambiente muy seguro a su alrededor. Parece que nadie te está mirando?.