Durango

Todos ganan, menos vecinos de tinaguis

Prevalece la anarquía total en la instalación de puestos callejeros, pese a las molestias

Es domingo y las hileras de coloridos puestos serpentean a lo largo de toda la Explanada de los Insurgentes en donde todo mundo gana, comerciantes y compradores, menos los vecinos.

En las afueras de sus casas con el alba comienza el ruido, el ajetreo, el ir y venir de personas; algunos vecinos sufren las molestias desde la noche anterior o en la madrugada en que se quedan estacionados los vehículos de comerciantes para apartar su lugar.

Desde las cinco de la mañana y durante el día hay comerciantes y clientes que entre los vehículos hacen sus necesidades fisiológicas, porque a pesar de que son miles las personas que caminan durante el día no hay sanitarios.

Y con el retiro de los comerciantes quedan montones de basura, que antes de que entrara el alcalde Jorge Herrera Delgado recogían los trabajadores de Limpia los lunes; sin embargo, ya no es así, y los vecinos no encuentran una explicación de la suspensión de este servicio que se daba inclusive desde el mismo domingo en la tarde.

Si alguien tienen planes de salir un domingo a pasear o a ver a algún familiar, debe prevenirse y desde la noche anterior o muy de mañana sacar sus vehículos. Algunos vecinos los dejan a unas cuadras de este lugar, otros los meten a alguna pensión cercana. Y si no lo hacen así, les es imposible moverse hasta después de las cinco de la tarde en que la Explanada queda libre de comerciantes.

La señora Alma Cano Romero es una de las afectadas, y mientras sale a tirar una cubeta con agua sucia, se queja de que hay vehículos que se quedan desde la noche, de la basura que dejan los comerciantes y de cómo obstruyen las cocheras.

?Son muchas las molestias que ocasionan, y no hay manera de decirles nada porque inmediatamente se enojan y es gente muy grosera?, señala. Es ella la que también indica que hay personas que se hacen del baño entre los vehículos, lo cual no es correcto.

Con domicilio en el número 856 de la prolongación Hidalgo, explica que la problemática se agravó porque los trabajadores de Limpia ya no acuden a hacer la limpieza los lunes, como lo hacía la anterior administración municipal.

Otros vecinos, con más de 25 años de permanencia en este lugar, recuerdan que cuando no estaba el tianguis, gozaban de la libertad de poder entrar y salir de sus viviendas sin ninguna molestia.

Ahora, desde las cinco de la mañana hay ruido, en un día como es domingo, en que la mayoría descansa del trabajo; en este día no hay tranquilidad, porque como hay un ir y venir de miles de extraños, sienten inseguridad, además de las molestias de la basura, del bloqueo de las cocheras, daños en las áreas verdes y banquetas por el paso de vehículos pesados.

?Diablitos? y hasta cantina al aire libre

De lo alto del poste de luz que está afuera de la Oficialía del Registro Civil baja el ?diablito? y se interna entre las hileras de puestos que serpentean en la Explanada de los Insurgentes.

De otras cinco casas más, salen más cables, que van a dar a una tienda de estampado de camisetas, y a equipos de sonido que venden discos ?piratas?, y son los puestos más escandalosos.

De una casa salen hasta cuatro cables, que alimentan a igual número de puestos, tal vez con el permiso de los dueños.

En este tianguis en donde hay más de 500 puestos que ofrecen artículos usados y nuevos, hay de todo, principalmente ropa. Hay alimentos, frutas, verduras, legumbres, muebles, cortineros, herramienta, comida, muñecos de peluche, DVD?s de películas ?piratas? al igual que CD?s musicales, juguetes, granos, chamarras, etc.

En una mesa de fierro de un puesto de camarones un grupo de cuatro jóvenes están sentados comiendo, con dos caguamas y músicos tocándoles. Uno de ellos, con signos de que está ebrio, lanza gritos de alegría.

El ambiente creado artificialmente parece el de una cantina, con la diferencia de que están tomando al aire libre, sin que nadie los moleste, casi al inicio de la Explanada y del tianguis. Pareciera ser que todos pueden hacer lo que quieran.

A unos cuantos metros hay dos patrullas de policías, que están platicando amenamente, y es tanto el ruido, el ir y venir que no se dan cuenta de este grupo bebedor y los músicos. Mientras tanto, continúa la procesión bajo un sol intenso.

A misa casi nadie entra

De la romería, que puede alcanzar hasta las 100 personas por minuto por los pasillos principales, muy pocos llegan al Santuario. Adentro, unas 80 personas sentadas hacen sus oraciones, en tanto afuera se escucha el bullicio y ruido de los altavoces de música.

En el atrio permanece una gran alcancía de madera en donde al feligrés se le pide su cooperación para la construcción del nuevo Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Las pocas personas que entran llevan bolsas de mandado y de plástico, con ropa, frutas, verduras y otros artículos comprados durante la jornada.

?Se abrió el cielo y se oyó la voz del Padre que decía éste es mi hijo amado, escúchenlo?, es el letrero que cuelga de uno de los pilares, mientras los visitantes permanecen en silencio rezando, y después retoman el paso para continuar sus compras.

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