A pesar de su impedimento físico Juan Alvarado Moreno se dedica hacer labor de gestoría.
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- A muchos gomezpalatinos llama la atención la unidad móvil de Juan Alvarado Moreno. Parece una bicicleta pero no la es, pero aunque tampoco es un triciclo. El caso es que con este medio de transporte lleva a cabo su labor de gestoría.
Pertenece a la Alianza Nacional de Trabajadores, agrupación adherida al Partido Popular Socialista ubicada en la avenida Hidalgo, muy cerca del tianguis conocido como El Parralito.
A pesar de un problema congénito que le impide caminar con soltura, porque el lado izquierdo de su cuerpo no lo puede mover, Juan lleva 20 años consiguiendo descuentos en el pago de alguna obligación a los agremiados de la asociación arriba referida.
Su impedimento físico no lo ha limitado nunca. Incluso por esa razón solicitó al gobernador, Ismael Hernández Deras y a su esposa, Gabriela López de Hernández, el vehículo con el que se transporta por toda la ciudad.
Parece que con la parte de una bicicleta lograron dar forma a este artefacto que tiene una palanca que al girarla de atrás para delante en forma continua, permite el movimiento de las llantas. Como asiento, se utilizó una silla común de herrería.
Cuando estaciona su “carro” en la explanada de la Presidencia Municipal, mucha gente se detiene a observarlo. Los curiosos no pueden dejar de preguntarle sobre su origen y por el lugar donde lo compró. Ayer no fue la excepción.
Todos en el edificio oficial lo conocen. Aunque camina con dificultad, Juan logra llegar hasta las oficinas municipales para llevar a cabo su gestión.
Al parecer ni él mismo lo sabe, se limita a decir que está agradecido con el gobernador y su esposa por el detalle que tuvieron con él, comenta para luego decir que ahora se le facilita llegar con mayor rapidez a su destino.
Antes que le llegara este regalo, batallaba mucho para caminar. Como una pierna no le responde, con dificultad lograr avanzar algunos pasos. Ahora siente que la vida le sonríe. Así lo afirma quien en algún tiempo estuvo preso por el vicio del alcohol.
Pertenece a un Centro de Alcohólicos Anónimos, donde ha podido sostenerse sobrio durante 20 años. En este lugar encontró el equilibrio que necesitaba y le ha permitido ver la vida de la otra manera.
“Ahora yo recomiendo a las personas que están atrapadas por el alcohol que acudan a solicitar ese tipo de ayuda, que a mí me ha servido mucho y me ha permitido llevar una vida más útil”, expone mientras con la mano que puede mover, jala la palanca que activará las ruedas de su unidad móvil hacia otro destino.
