Exigen los captores que las personas pertenecientes a esta corriente islámica abandonen la ciudad de Madain
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BAGDAD, IRAK.- Un grupo rebelde sunita tomó ayer como rehenes a unos 70 shiitas en la ciudad iraquí de Madain, al sur de Bagdad, y amenazó con ejecutarlos a menos de que las personas pertenecientes a esa corriente islámica abandonaran la localidad.
La captura de los civiles shiitas -entre ellos niños y mujeres- es el hecho más reciente de la ola de violencia registrada ayer en Irak, que se saldó con al menos 19 muertos en diferentes acciones, según reportes de prensa conocidos en esta capital.
Fuentes oficiales iraquíes dieron cuenta de la toma de rehenes, hasta ahora inusual por el número de personas capturadas y porque se dio entre grupos religiosos, ocurrida en el interior de una mezquita local shiita.
Tras el secuestro, unos 100 hombres enmascarados recorrieron, abordo de vehículos, las calles de Madain y gritaban a los shiitas que abandonaran la ciudad, generando pánico entre la población, dijeron las fuentes.
Señalaron que se trata de una renovada tensión sectaria tras las elecciones de enero pasado que llevaron a shiitas y kurdos -oprimidos bajo el régimen de Saddam Hussein- a la escena política, después de que los sunnitas habían ostentado el poder.
Pese a que la minoría sunnita -privilegiada por Hussein, quien pertenece a ella- está representada en la Asamblea Nacional (Parlamento), tiene el temor de quedar fuera, sufrir represión o quizá es una represalia por el nuevo Gobierno, agregaron.
Las autoridades locales intentan negociar la liberación de los rehenes shiitas y hay una fuerte movilización policial en la ciudad para restablecer el orden, de acuerdo con los reportes.
Por otra parte, al menos siete personas murieron -siete de ellas policías- y otras cinco resultaron heridas en una explosión registrada en un restaurante de la ciudad de Baquba, a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad, informaron oficiales militares.
Hasta ahora se desconocen las causas del estallido, ocurrido alrededor de las 14:00 horas locales (10:00 GMT), pero las autoridades creen que se trató de una bomba colocada en el interior del restaurante.
En tanto, un atentado suicida con coche bomba contra un convoy militar en Bagdad cobró la vida de un civil iraquí y hirió a otros tres, mientras que al menos cinco miembros de las fuerzas de seguridad murieron a manos de un grupo armado en la norteña Kirkuk.
En esa misma ciudad un policía iraquí y un periodista kurdo fueron abatidos en hechos separados, mientras que en la región de Beiji (unos 200 kilómetros al norte de Bagdad) un camionero turco pereció al estallar una bomba al paso de su vehículo.
En otro episodio violento, un responsable de seguridad de las instalaciones petroleras murió al estallar una bomba colocada frente a su casa en la localidad de Tuz, a unos 70 kilómetros al norte de la capital iraquí.
Fuentes policiales reportaron la muerte de un soldado iraquí en una explosión registrada en los alrededores de Samarra, a unos 125 kilómetros de Bagdad, y en Mosul un kamikaze hizo estallar el automóvil en que viajaba al paso de un convoy estadounidense.
