Siete distinguidísimos empresarios laguneros charlaron con Andrés Manuel López Obrador por espacio de dos horas en un cónclave que fue transmitido a este columnista. El motivo de la visita del tabasqueño era presentar su libro “Un proyecto alternativo de nación” a los habitantes de la Comarca. Cabe destacar que el encuentro con los asistentes fue un verdadero éxito; sin embargo no sucedió lo mismo en la pequeña y privadísima reunión que sostuvo con la crema y nata, la de los hombres que manejan a las más importantes empresas apostadas en la región.
A riesgo de ofender al público asistente al mitin afirmo categóricamente que parecen no tener un sentido del pasado y retrospectiva histórica. Extasiados por un personaje plagado de claroscuros, muchos ignoran que el tabasqueño tiene antecedentes penales delicadísimos: el 14 de mayo de 1962 se vio involucrado en un confuso incidente; se le acusó de asesinar a su propio hermano, José Ramón, con un revolver calibre 22. Para evitar la cárcel la familia en pleno huye a Agua Dulce, Veracruz, donde el rastro familiar se pierde. ¿Se vale que AMLO se pronuncie en contra de la impunidad cuando él mismo se ha convertido en clara efigie de la más patética estulticia?
Hombre de contradicciones, Andrés Manuel dice ser modesto, republicano, honrado y sin embargo viaja en un Tsuru, pero a su chofer le paga sueldo de sub-secretario; su hijo se transporta en una Grand Cherokee blindada cuyo precio oscila alrededor del millón de pesos; dice no tener guaruras pero lo cuidan seis mujeres entrenadas para ello conocidas como “Las gacelas”.
Afecto a violentar la Ley todos los días, en sus mocedades secuestraba pozos petroleros. En el caso del desafuero ha violado ocho amparos federales porque aduce que el sólo obedece la Ley y la Constitución si lo considera conveniente. ¿Acaso es permisible acatar la Ley a conveniencia? ¿Queremos un presidente que manipule la Carta Magna a su antojo? Si fuera el caso, estaríamos permitiendo actos delictivos que no caben en un país donde el camino hacia la legalidad y la democracia han sido un tortuoso y difícil sendero.
AMLO no puede gobernar la capital, sencillamente no tiene los tamaños. ¿Acaso nos importan sus monumentales obras cuando diariamente miles de capitalinos son asaltados, vejados, ultrajados y vilipendiados por un cuerpo policiaco corrupto? México capital es presa del hampa y el crimen organizado sin que ello le importe a Andrés Manuel, él tan ocupado en plantar florecitas en calles y avenidas de lujo.
En el terrible caso de que llegase a ganar no puede pensar en su gabinete. ¿Dolores Padierna? ¿Martí Batres? ¿Leonel Godoy? ¿María Rojo? ¿Félix Salgado Macedonio? Y demás gracias putrefactas. ¡No señores! Este país no se gobierna con peleles de quinta, hacen falta hombres y mujeres comprometidos con México y a últimas fechas los cuadros perredistas han demostrado su incapacidad de gobernar, están enfrascados en una lucha de poder y perdieron el sentido de lo que en nuestra nación era la izquierda.
La escritora siria, naturalizada mexicana, Ikram Antaki, ya fallecida, logró en su momento caracterizar a López Obrador: “no es James Dean, sino un provinciano ignorante, violento y fanático”. Admirador de Hugo Chávez, nomás pregúntenle a nuestros vecinos del cono sur cómo les está yendo con un populista recalcitrante que sigue pensando que Fidel Castro –tirano pues le ha negado a su pueblo el valor más esencial que posee el hombre: la libertad- es un ejemplo a seguir.
Esa atmósfera de intolerancia de AMLO, de odio y envidia, de maledicencia y de condena, no es una alternancia normal. Nuestra izquierda no es el PSOE español. Durante la charla privada con empresarios, López Obrador mostró un odio peligroso hacia Vicente Fox y lo calificó como el peor presidente. ¿Ignora que millones de mexicanos votamos por la alternancia y a pesar de sus humanas contradicciones seguimos viendo en el depositario del poder Ejecutivo a un ser con las mejores intenciones? ¿Quién se cree Obrador para denigrar la institución presidencial a tal grado? Sus críticas acérrimas hacia Fox únicamente demuestran que es incapaz de aceptar la disidencia, la diferencia de opiniones y entablar un diálogo de altura.
Según los empresarios asistentes al café, el programa de AMLO es indefinido e incongruente. El gobernante está en contra de la inversión privada en la CFE y parece no importarle que mientras no se regularice dicha situación en muy pocos años enfrentaremos graves problemas energéticos que nos podrían llevar a una parálisis cuya consecuencia final sería desastrosa. A los ricos no los quiere pues pretende gravarlos con altísimos impuestos. ¿Acaso no le cae el veinte que lo único que podría estimular la economía sería tener a muchos Carlos Slim´s en México; hombres verdaderamente comprometidos que invierten aquí y generan millones de empleos.
¿Su comentario más delicado? López Obrador dijo que una catástrofe social se había evitado gracias al narcotráfico, la economía informal y el ambulantaje y que apoyaba lo último. Entonces pues, vayámonos olvidando de una recaudación fiscal efectiva. Ante tan peligrosa afirmación nos está demostrando que para él la piratería es un asunto menor.
El desafuero es un peligro. Miles se lanzarán a la calle y podría detonarse una bomba. En la opinión de la senadora Dulce María Sauri Riancho a Obrador se le debe derrotar en las urnas pues su inhabilitación daría pretexto a muchos grupos radicales que existen en los partidos políticos para salir del cauce legal del proceso electoral de 2006. Coincido con Sauri: que le ganen por la buena otros cuadros mucho mejores y a nadie se le ocurra matarlo pues lo último que nos hace falta es una vil copia del “Che” Guevara.
¿Otros candidatos? Santiago Creel es bien intencionado pero carece de un manejo eficaz y todo se le sale del redil. Cuauhtémoc Cárdenas es un ser anacrónico que añora los tiempos de la expropiación petrolera. Marta Sagahún ya declinó. Beatriz Paredes sería una opción estupenda. Nuestro actual gobernador de Coahuila, Enrique Martínez desgraciadamente va muy bajo en las encuestas, las cuales no le favorecen.
Nos ha costado mucho tener una estabilidad económica. Gracias a la política de Ernesto Zedillo y Vicente Fox no hemos padecido una crisis en diez años. El populismo de Obrador, opinan los más destacados especialistas de este país, nos llevaría a la catástrofe económica. En Washington le tienen pavor a un hombre que aborrece el neoliberalismo y va en contra de la globalización. AMLO quiere detener un proceso irreversible y regresar al pasado. ¿Olvidamos ya a qué nos llevó el nacionalismo exacerbado de Luis Echeverría? Claro que sí; tristemente México no tiene memoria.
¡Pobre país! ¿Qué hicimos para merecernos a López Obrador? Su resentimiento, delirio de grandeza y un núcleo paranoide digno de ser atendido por el mismísimo Sigmund Freud serán su perdición.
Los grandes hombres poseen la cualidad de ser sencillos. AMLO es un pobre intento de Napoleón que tarde o temprano vivirá su Waterloo. Para como veo venir las cosas prefiero votar por el diablo.
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